Dos asaltos en una sola noche. Encapuchado y a punta de pistola, un hombre atracó anteayer dos supermercados de la capital, con el rostro cubierto por una máscara y con un arma escondida en los pantalones.

Poco antes de las 23.00 de la noche del pasado miércoles, los empleados del Charter cercano al Hospital General --en el que se emplaza, además, una gasolinera-- se disponían a cerrar la puerta principal para iniciar el turno por ventanilla. “De repente, entró un chico y dijo: ‘esto es un atraco”, relata uno de los trabajadores que vivió lo ocurrido. Fue en ese momento cuando el joven sacó una pistola que tenía escondida entre los pantalones y lo amenazó. “Me encañonó y noté el arma en mi cuerpo”, recuerda. “Me dijo que le diera todo el dinero”. Sin embargo, ya era tarde y la recaudación había pasado a otra caja por precaución, con lo que ladrón no pudo conseguir el botín. “Yo le dije que no teníamos nada y él me empujó, buscó la caja e intento abrirla”, explica. Pero no lo consiguió y decidió, tras poco más de medio minuto en el interior del supermercado, marcharse con las manos vacías.

Pero la noche acababa de empezar para él, puesto que, pocos minutos después, se dirigió hasta su siguiente objetivo. Un Supercor, situado en los aledaños del monumento a Tombatossals, al que accedió sobre las 23.15 horas. “Tenía una pistola, se acercó a mí y me dijo en voz baja que abriera la caja”, cuenta una empleada. Otra de las trabajadoras, que acudió para ayudar a su compañera, explica que el hombre extrajo una pistola y le amenazó de muerte. “Me apuntó con el arma y me gritó: ‘como te muevas te pego un tiro”. Seguidamente, el ladrón abrió la caja y huyó, llevándose consigo unos 400 euros.

Nerviosas y con el miedo todavía en el cuerpo, las empleadas cuentan que el sospechoso parecía muy seguro de sí mismo, “todo un profesional”, y actuaba con mucha frialdad. H