Testigo directo del suceso y el primero en auxiliar a las víctimas fue Jamal El Haitouti, gerente del bar La Batreta. Con enteraza ayudó a las víctimas y ayer contó a Mediterráneo, muy afectado, lo ocurrido.

«Oí un estruendo y salí corriendo. Entonces vi un coche que había colisionado y había arrancado la farola», dijo, y siguió: «El conductor estaba en shock, muy pálido, pero pudo salir por su propio pie; comentó que salía de trabajar y no sabía que le había pasado».

«DOS ÁNGELES» // La falta de iluminación impidió, en un primer momento, conocer la funesta magnitud del suceso: «No vi a las dos chicas hasta un minuto después, cuando, para evitar otro posible accidente, me puse a recoger los restos del coche que habían quedado en la carretera. Al apartarlos hacia la acera fue cuando descubrí a una de las jóvenes en el suelo y, a pocos metros, estaba la otra, las dos inconscientes y sangrando, y avisé a la ambulancia», relataba Jamal, aún sobrecogido por la dantesca escena. «Parecían dos ángeles», apuntaba con tristeza. Jamal hizo énfasis en la falta de iluminación en el lugar: «Está oscuro como la boca del lobo, y entre los que estábamos, con las linternas de los móviles y los focos de los coches, alumbrábamos a los sanitarios para que pudieran hacer su trabajo».