El derrumbe del techo de un edificio de la calle San Francisco de Castellón quedó el sábado por la noche en un susto, que hubiera podido tener consecuencias fatales. Sobre las 23.35 horas, una mujer de 47 años llamaba al 092 para informar de que se había producido un hundimiento en su vivienda, en el número 35.

El repentino desplome de la cubierta derruyó el comedor, la cocina y la galería del domicilio, pudiendo ponerse a salvo su moradora, que salió ilesa. La caída provocó la rotura de tuberías y el piso comenzó a inundarse. Efectivos de la Policía Local y bomberos municipales se desplazaron rápidamente al inmueble, cortaron la luz y el agua y ordenaron la evacuación de todo el edificio.

Y es que, según informaron a este diario fuentes policiales, el agua corría por los cuadros eléctricos del bloque y había riesgo de cortocircuito. Además de la inquilina del cuarto piso, que dio la voz de alarma; un matrimonio de 64 y 70 años fue desalojado del primer piso, tres adultos de unos 45 años y dos menores, de 10 y 14 años, abandonaron la segunda planta; y una anciana de 71 fue evacuada del tercero. Por fortuna, todos salieron de la finca sin resultar heridos, confirmaron a Mediterráneo los agentes.

Los policías advirtieron también riesgo para el edificio anexo, en el número 33, por lo que alertaron a otros tres vecinos de la situación y estos también abandonaron sus domicilios.

La mayoría de los afectados tuvieron que ser realojados en un hotel del Grao, al quedar el bloque de viviendas totalmente precintado como precaución. Otros decidieron pasar la noche en casa de familiares ante la imposibilidad de regresar a sus pisos.

REVISIÓN

Técnicos municipales visitarán el edificio en las próximas horas para determinar el estado del mismo e iniciarán una investigación para averiguar el origen del derrumbe, que obligó a prohibir el paso al interior.

Los vecinos no podrán regresar a sus casas hasta que se evalúe si existe riesgo de hundimiento en todas las plantas tras un suceso que pudo acabar en tragedia.