Un empresario y exdirector de banco en Castellón se sentó ayer en el banquillo de la Audiencia, acusado de un delito de apropiación indebida por el que la fiscal pide para él siete años de prisión y la devolución a nueve víctimas de los casi 180.000 euros que, presuntamente, se quedó.

Francisco M.C. era director general de una sociedad ya extinguida -Verdice Promociones SRL- dedicada al sector inmobiliario y que comenzó a vender viviendas en la urbanización Fontana de Almassora en el 2007 --a la entrada del municipio desde Castellón--.

Hasta 33 personas reservaron pisos al procesado, según él mismo reconoció ayer en el juicio, aunque solo nueve son acusación. Entre las víctimas hay afectados que abonaron sumas que oscilan entre los 14.656 y los 35.813 euros, unas cantidades que la empresa dijo que estaban avaladas. Sin embargo, con el paso de los meses, la construcción de las casas no avanzaba y los clientes, extrañados, pidieron explicaciones a la empresa y al banco que supuestamente cubría las reservas.

«La entidad financiera nos dijo entonces que no existía ningún aval y perdimos el dinero», explicó uno de los denunciantes al tribunal de la Sección Primera en su declaración. «Si el pago no hubiera estado avalado, mi marido y yo nunca hubiéramos firmado la compra», aseguró otra mujer.

Francisco M.C., por su parte, señaló al director financiero de la sociedad -en la actualidad enfermo de un tumor cerebral-- como responsable de las gestiones bancarias y al jefe de ventas como encargado del trato con los compradores. «Yo era administrador, pero había también dos apoderados más. No recuerdo si los clientes estaban al corriente de los problemas económicos de la empresa porque yo no trataba con ellos», relató el acusado. Preguntado si el dinero que los compradores entregaban se ingresó en una cuenta corriente distinta a la designada inicialmente, lo negó y dijo que «se destinó al pago de la obra». Una construcción, sin embargo, que se quedó al 36%.

El director financiero declaró por videoconferencia debido a su delicado estado de salud y lo desmintió. «Yo tuve poderes solo durante un verano y estaban limitados. No podía firmar contratos y todo lo que tenía que hacer lo trataba con el ahora acusado».

Varias de las víctimas contradijeron también la versión del empresario, afirmando que el procesado sí se reunió con ellos. «Estaba presente en la firma del contrato de compraventa y también nos citó en otra ocasión, una vez ya habíamos pedido explicaciones, y nos dijo que no nos preocupáramos, que no había ningún problema y que la obra seguiría sí o sí», comentó una de las testigos en su interrogatorio.