Un hombre de 50 años y que responde a las iniciales T.P.M. murió ayer calcinado, tras protagonizar una brutal colisión frontal contra un camión y prenderse fuego el coche que conducía. Fue poco después de las 8.30 horas, en la N-340, a la altura de Santa Magdalena de Pulpis, en el kilómetro 1.033,9 del vial.

Las primeras investigaciones de la Guardia Civil apuntan a que el turismo, un Peugeot 307, que iba en sentido a Castellón, se desvió de su trayectoria, invadiendo el carril contrario. El conductor del tráiler, un portugués que iba de Valencia a la frontera francesa, se percató de que el coche se iba contra su vehículo y trató de esquivarlo sin éxito. Él resultó ileso.

El fuerte impacto dejó destrozado el automóvil, que quedó envuelto en llamas, con su conductor en el interior. Supuestamente, el hombre falleció a consecuencia de la colisión y no abrasado.

La investigación tratará de determinar las circunstancias de la invasión de carril, en un tramo en el que no estaba permitido el adelantamiento. El estado en que quedó el cuerpo de la víctima complicó su identificación. Durante algunas horas solo pudo saberse que llevaba una cadena de oro y los efectivos lograron saber, por el número de bastidor, que tenía su domicilio en Umbrete (Sevilla). Sin embargo, los especialistas de Tráfico confirmaron a este diario que el fallecido trabajaba actualmente en la provincia.

El Consorcio Provincial de Bomberos apagó el fuego y facilitó las labores de excarcelación del cuerpo. El carril estuvo cortado al tráfico durante una hora, lo que provocó colas de hasta cinco kilómetros en ambos sentidos. La Benemérita dirigió a los conductores de la 340 hacia la AP-7 para evitar mayores retenciones.

Con este nuevo accidente ascienden a nueve las víctimas mortales en lo que va de año en las carreteras de la provincia. H