El falso médico gallego acusado de ejercer en una clínica de Vinaròs se reivindicó ayer como un doctor de prestigio internacional en la primera jornada del juicio que la Audiencia Provincial de Castellón celebra contra él, al tiempo que su defensa intentaba desprestigiar a fiscal, juez instructor y a la Policía Judicial de la Guardia Civil. José Manuel López Pérez --conocido como Coté-- negó haber ejercido en el centro Estetic Medical Center de la capital del Baix Maestrat, donde un total de 42 víctimas aseguran haber sido sometidas a biopsias, autotrasfusiones de sangre e intervenciones quirúrgicas en un local que no contaba con los medios materiales necesarios ni con profesionales con la formación homologada requerida para ello.

Los letrados defensores buscaron que el juicio se suspendiera, atacando las actuaciones de la autoridad policial y judicial. Denunciaron falta de imparcialidad, declaraciones testificales influenciadas y pidieron declarar nulo el registro de la clínica. Además, abogaron por que el tribunal de la Sección Primera no juzgara el caso al considerar que habían tenido conocimientos previos acerca de la causa.

Por su parte, las acusaciones reprobaron las pretensiones de las defensas, alegando que la batalla judicial ha sido larga --los hechos se remontan al 2009-- y recordando que todos los recursos de las defensas ya han sido rechazados.

El tribunal, tras valorar las alegaciones, decidió proseguir con la vista y los letrados aportaron entonces una gran cantidad de certificados de formación de Coté --sin homologación en España--. Ambas estrategias retrasaron casi dos horas el inicio de las declaraciones de los tres procesados.

EL SOCIO Y SU MUJER

En el banquillo acompañan a Coté su socio vinarocense, Frederic Jesús Gisbert (gerente y fundador de la clínica), y su esposa. Por su parte, la cuarta acusada en este caso (la única médico titulada, aunque sin el MIR, que ejercía en la clínica) se encuentra en búsqueda y captura. La facultativa, de origen ruso, no se presentó ayer a la vista oral que sigue hasta el día 18.

José Manuel López Pérez se enfrenta a 22 años y medio de cárcel, al igual que Gisbert. Para la mujer del gerente la Fiscalía pide ocho, los mismos que para la doctora rusa huida ahora.

Gisbert fue el primero de los acusados en declarar y lo hizo solo a las preguntas de la defensa, tildando de «relato lacrimógeno» el escrito de acusación del fiscal decano de la sección territorial de Vinaròs, Sergio Bataller.

El vinarocense tildó de «surrealistas» los cargos contra él por intrusismo, estafa agravada, contra la salud pública y lesiones.

«La doctora Elena era la directora médica y los medicamentos caducados que había en la clínica eran cosa de ella. Coté no ejercía. Solo vino tres veces por la amistad que le unía a mí», mantuvo Gisbert, quien sostuvo que en Estetic Medical Center «solo se hacían terapias sin cirugía».

La mujer de Gisbert aseguró que ella se limitaba solo a hacer «tareas administrativas».

LA DECLARACIÓN DE COTÉ

El falso médico gallego hizo un amplio repaso a su formación (siempre en el extranjero), aseverando haber sido colaborador del Ministerio de Sanidad y acusando a las víctimas de «ir a por mis cinco millones de euros». Dijo haber estudiado en Estados Unidos e Inglaterra, pero reconoció que no tenía homologación. Alegó que en Vinaròs solo dio «consejos».

Coté tiene pendiente otra importante causa en Ferrol con unos 130 afectados. Tres de sus pacientes llegaron a fallecer y el fiscal le pide allí 334 años de prisión.