Joaquín Ferrándiz Ventura (JFV), el asesino en serie de Castelló que acabó con la vida de cinco mujeres entre los años 1995 y 1996, ejerce de ordenanza en la prisión de Herrera la Mancha (Ciudad Real), a cuatro años de liquidar su condena y salir en libertad. Así ha podido saberlo Mediterráneo de fuentes solventes de la prisión manchega. Se trata del término con el que se conoce la labor que realizan los presos de confianza en los centros penitenciarios y que tienen un destino dentro de la cárcel. A estos reos, por su buen comportamiento, se les otorgan ciertos beneficios penitenciarios y se les encomiendan labores relacionadas con la cocina, la limpieza, la lavandería o el reparto de correo. Algunos colaboran también en el acompañamiento y vigilancia de otros reos en riesgo.

JFV se encuentra, precisamente, entre ese grupo de internos desde hace ya varios años y en la prisión no ha protagonizado altercados durante sus más de dos décadas de privación de libertad. Quienes se relacionan con él lo describen como un interno «reservado» y con un alto concepto de sí mismo. No es de los presos que realizan actividades deportivas y se muestra «tímido», pero «correcto» en sus relaciones personales. El asesino en serie de Castelló está en uno de los módulos considerados «normales», con presos comunes y alejado de los delincuentes más conflictivos y de la zona de aislamiento.

COMPAÑEROS DE CÁRCEL / En Herrera la Mancha se encuentran en la actualidad asesinos y depredadores sexuales tan sanguinarios como mediáticos. Y es que comparten cárcel con Ferrándiz, entre otros, José Bretón --sentenciado por el doble asesinato de sus dos hijos de dos y seis años--, Miguel Carcaño --condenado a 21 años por la muerte de Marta del Castillo--, Tony King --con una pena 55 por los asesinatos de Sonia Carabantes y Rocío Wanninkhof- y Santiago del Valle --cumple 22 años por los abusos y asesinato a la niña Mari Luz Cortés--. Esta prisión fue la primera de máxima seguridad que hubo en España y albergó en los años 80 a los presos de ETA más peligrosos.

Cabe recordar que Ferrándiz fue condenado a 69 años de cárcel, la segunda condena más elevada de la historia provincial, por detrás de Óscar Lozano, el vecino de Benicàssim que asesinó a su mujer e intentó lo mismo con sus hijos menores. JFV fue juzgado y sentenciado en la Audiencia Provincial de Castellón y permanece en la cárcel desde 1998.

Antes de matar a la profesora Sonia Rubio y otras cuatro mujeres, ya estuvo en la cárcel --de 1989 a 1995-- por la violación de una joven. Fue tras su salida cuando comenzó a perseguir a chicas, ofrecerles subir a su coche y acabar con sus vidas.