La Guardia Civil investiga la comercialización de 4.460 kilos de pulpo caducado por parte de cuatro empresas dedicadas a la comercialización de productos alimenticios congelados y ubicadas en Castellón, Catral (Alicante) y Valencia (dos), según detallan desde el instituto armado.

De esa cantidad, 1.410 kilos ya habían sido vendidos para el consumo humano y 3.050 han quedado intervenidos cautelarmente. El valor final de este pulpo puesto en el mercado podría ascender a más de 20.000 euros, según estima la Guardia Civil.

Esta investigación se abrió tras una inspección realizada por agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), conjuntamente con la Inspección de Pesca de la Generalitat, a un establecimiento de comercialización de productos congelados de Catral. Durante esa intervención, detectaron presuntas irregularidades en las etiquetas externas, tras verificar la especie y etiquetado de 850 kilos de pulpo congelado. En ellas figuraba que el pulpo procedía de Pakistán y que había sido capturado en el océano Índico. Sin embargo, cuando contrastaron las etiquetas con las del interior comprobaron que no coincidían. Esta presunta falsedad quedó relegada a segundo plano cuando los agentes constataron que el producto había sido congelado en el 2015 y que, por consiguiente, su fecha de caducidad expiró 24 meses después, es decir, en enero del 2017.