La Ciudad de la Justicia de Castellón concluyó ayer el primer juicio con jurado popular en la era del coronavirus. La vista debía haberse celebrado el pasado mayo, pero la pandemia provocó su aplazamiento y, finalmente, se ha llevado a cabo en el salón de actos con todas las medidas de prevención y durante varias jornadas.

Antonio Tellado, ya condenado por homicidio, secuestro y violación entre otros delitos que engrosan su historial criminal, volvió a sentarse ayer en el banquillo, acusado de matar a navajazos a su exsuegro -Casimiro Díaz, conocido como Boni—en el Grau, en marzo del 2018. Como sostienen la Fiscalía y las acusaciones, el objetivo del acusado no era otro que el de «causar el máximo daño posible a su expareja», que lo había denunciado por maltrato y violación.

Tellado se dirigió hacia la casa familiar de la mujer y, ante la imposibilidad de localizarla -esta se encontraba en un centro de atención 24h—atacó a su hija de 22 años, a su madre y a su padrastro, de 70 años, quien falleció.

‘OLVIDAN’ AL ACUSADO

Aunque debía haber comenzado a las 10.00, la sesión de ayer se retrasó dos horas debido a la incomparecencia del acusado. Al parecer, por un error burocrático, no se había llevado a cabo el traslado del procesado desde la cárcel de Albocàsser hasta los juzgados.

Además, a la llegada del reo a la sede judicial, se vivieron momentos de tensión con los gritos de «asesino» de su expareja. Tellado, esposado y custodiado por guardias civiles, respondió a la mujer con insultos.

El fiscal tildó lo que aconteció hace dos años y medio en la casa de Casimiro Díaz, ubicada a espaldas de los antiguos talleres del puerto, de «auténtica salvajada» y de «película de terror». Recordó que Tellado se presentó en el domicilio con un cuchillo y preguntó por su ex. Al ver que esta no estaba, amenazó de muerte a sus allegados y los retuvo.

Además, el acusado desnudó a la hija de quien fuera su novia, la manoseó y le cortó los tendones de las manos. Fue en ese momento cuando Casimiro Díaz se interpuso para defender a la que consideraba como su nieta.

«El acusado consideraba a su pareja y a las mujeres en general como un objeto de su propiedad», dijo el representante del Ministerio Fiscal. Esta reflexión la compartieron todas las acusaciones, entre ellas la que ejerce también la Asociación Clara Campoamor.

Las siete mujeres y dos hombres que conforman el jurado recibieron ayer el objeto del veredicto y comenzaron a deliberar. La Fiscalía pide más de 30 años de cárcel para Tellado, a quien acusa de homicidio, lesiones, agresión sexual, amenazas, allanamiento y quebrantamiento.