Hermenegildo Miró, el senderista de 51 años que sobrevivió a la tragedia de Castell de Cabres, permanece todavía ingresado en el Hospital General de Castellón, donde le realizarán algunas pruebas y análisis más antes de recibir el alta médica. “Físicamente me encuentro bien, estoy mejorando, pero no quiero hacer más declaraciones ni profundizar en el tema”, dijo el montañero a Mediterráneo desde la habitación en la que recibe la visita de sus familiares y amigos.

Y es que, según han confirmado a este diario sus amistades, el experimentado senderista se encuentra muy afectado mentalmente por lo sucedido a sus dos amigas y compañeras de ruta, Cristina Ibáñez y Patricia Orduz, un duro golpe que le costará superar y una terrible experiencia de la que, poco a poco, va hablando a sus allegados para desahogarse. “Necesitará mucho apoyo para superarlo”, dicen sus amigos.

El castellonense quiso convencer a sus compañeras de excursión para que se quedaran a pasar la noche en una casa abandonada que encontraron durante su caminata, sin embargo, estas rehusaron hacerlo y quisieron continuar la marcha, confiando en que alguien los rescataría. Tan solo a 200 metros en línea recta de donde fueron hallados los cuerpos sin vida de ambas mujeres se encontraba una vieja masía que les hubiera servido de cobijo.

No podían imaginar el trágico final que les esperaba y es que las duras condiciones meteorológicas, que alcanzaron los 11 grados bajo cero, y la gran nevada, los desorientó, tapó las marcas del GR e hizo que no pudieran ver a una distancia de dos metros.

El hombre aguantó más que ellas y permaneció junto a sus amigas hasta el final. Las dos mujeres murieron, tras pasar más de 24 horas a la intemperie, y sus cadáveres aparecieron sobre la nieve, en una zona completamente abierta, signo de que “no pudieron más”, según efectivos que participaron en las labores de búsqueda y rescate.

La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, trasladó ayer sus condolencias a los familiares y amigos de las fallecidas, tras la presentación de las nuevas ayudas del Consell para las fiestas de la Magdalena. También deseó una “pronta recuperación mental” a Hermenegildo Miró, a quien visitó este lunes en el Hospital General. “Cristina y Patricia decidieron seguir y dejar el refugio para intentar pasar la noche con sus familias”, explicó la primera edila de la capital.

Los amigos y familiares de Patricia Orduz, que era fisioterapeuta del General, la despidieron ayer en el tanatorio de la funeraria la Magdalena, mientras que el entierro de Cristina Ibáñez se celebró el lunes en la Església de Sant Joan Baptista de Vall d’Alba. H