Los incendios de vegetación se han duplicado en lo que va de verano respecto al mismo periodo del año anterior. La provincia ha contabilizado ya 134 casos, frente a los 74 que había en el 2018 y es justo en la comarca de la Plana Baixa, donde actúa desde hace semanas un pirómano, donde se concentran el 68% de los focos (un total de 91 incidencias).

Así lo evidencian los datos de los bomberos de la Diputación, a los que ha tenido acceso Mediterráneo. La Vall d’Uixó, la localidad que lanzó días atrás la alerta y pidió colaboración ciudadana para identificar a la persona que estaba provocando fuegos intencionados, es el municipio que más incendios ha registrado hasta la fecha. Le siguen Burriana, Nules, Vila-real y Almassora.

El presunto causante de más de una veintena de fuegos en huertos y cultivos abandonados --solo en la Vall-- sigue, por el momento, suelto. Este diario preguntó ayer a la Guardia Civil por los avances del caso, pero la Benemérita se limitó a decir que el caso sigue «bajo investigación policial».

Pese a que fue el consistorio de la Vall el que dio la voz de alarma y publicó en las redes sociales un mensaje en el que avisaba de la presencia de un pirómano, no se descarta que esa persona pueda ser el autor de otros fuegos en municipios cercanos.

Desde el Consorcio de Bomberos de la Diputación inciden en que las afectadas «son zonas que presentan un gran número de cultivos abandonos, con vegetación muy fina y totalmente disponible para arder rápidamente». Además, señalan que, aunque estos casos no pueden compararse con la gravedad de un incendio forestal, sí se ubican en lugares próximos al casco urbano y, por tanto, pueden causar daños materiales y personales.

Asimismo, desde la institución provincial recalcan que las dotaciones del parque de la Plana Baixa actúan casi a diario en estos pequeños fuegos, por lo que existe el riesgo de que, «de producirse otra emergencia importante, los medios que podrían destinarse a ella serían menores».

La mano del tan buscado pirómano parece dibujarse claramente en casos, por ejemplo, como el vivido el pasado día 4. Dos fuegos en la Vall tuvieron lugar a tan solo 200 metros de distancia y junto a una carretera, lo que rápidamente levantó sospechas.

La Policía Local de la Vall, la Guardia Civil y los bomberos se mantienen muy atentos a posibles movimientos y utilizan también drones para tratar de identificar al pirómano.