Un matrimonio británico y sus tres hijos han sido detenidos por regentar desde hacía 8 años una residencia ilegal de ancianos en Castalla (Alicante), a los que cobraban 500 euros semanales.

Según la Guardia Civil, esta residencia se hallaba en una vivienda unifamiliar situada en una urbanización de esta localidad del interior de la provincia alicantina y fue desmantelada ayer dentro de la operación Alten.

Para captar a sus residentes, todos compatriotas, la familia ofrecía comisiones de 500 euros por cada anciano, a los que posteriormente les cobraban cuotas por residir de hasta 500 euros a la semana. Toda la actividad económica de la empresa era llevada a cabo en metálico, eludiendo pagar impuestos, de manera que las tres personas que trabajaban en el lugar (aparte de la familia británica) carecían de Seguridad Social y de cualquier tipo de titulación que les habilitara para esas labores geriátricas.

La entrada y registro del inmueble se ha realizado junto con responsables de los Servicios Sociales de la Comunitat Valenciana, y se comprobó que la casa no estaba acondicionada para una correcta asistencia de los mayores.

Se han detectado irregularidades como alimentación inadecuada, suciedad en las instalaciones, insuficiente espacio e inexistencia de baños adaptados. H