El cuerpo sin vida de un varón de 63 años apareció ayer sobre las 12.00 horas en una zona de rompiente de olas de difícil acceso situada junto al puerto de Burriana.

Según pudo saber Mediterráneo, el fallecido es un hombre, vecino de Vila-real, que salió este martes a pescar por un roquedal de acceso complicado y nula visibilidad próximo al restaurante Brisamar, y no regresó a casa. La Guardia Civil investiga las causas del suceso a la espera de conocer los resultados de la autopsia.

Fuentes de la Policía Local informaron de que el varón se desplazó el martes por la mañana a esta localidad vecina para pescar, y durante el transcurso del día no se comunicó con nadie. Fue un residente de la Serratella quien dio el aviso a los agentes, tras sospechar de un vehículo, propiedad de la víctima, que llevaba mucho tiempo estacionado allí.

DISPOSITIVO DE BÚSQUEDA

El cuerpo municipal desplegó un dispositivo de búsqueda (que se prolongó hasta la noche) tras comprobar los datos del titular del vehículo y verificar con la familia que no había regresado a casa, pero no encontraron nada hasta la mañana de ayer, gracias a la ayuda de un amigo de la víctima, que les llevó a la zona donde solían ir juntos a pescar, por lo que pudieron acotar el perímetro. Alrededor de las 12.00,

los agentes hallaron el cuerpo sin vida del vila-realense.

Hasta el lugar se desplazaron, además de la Policía Local, bomberos del Consorcio Provincial, efectivos de la Guardia Civil y los servicios sanitarios, dado que no conocían el estado en el que se encontraba. Una vez finalizado el complicado rescate, ratificaron el fallecimiento del varón.

En estos momentos se desconocen las causas del fallecimiento, derivado a la Guardia Civil, que espera los resultados de la autopsia para esclarecer lo ocurrido.