El pasado 24 de junio, el interés que le despertó la serie de Netflix El caso Alcàsser movilizó a una pareja de Gandia (Valencia) a viajar hasta el barranco de La Romana, cerca de la presa de Tous (Valencia), para investigar por su cuenta la fosa en la que fueron hallados en 1993 los cádáveres de las niñas de Alcàsser (Miriam García, Desirée Hernández y Antonia Toñi Gómez), después de ser violadas, asesinadas y enterradas.

Según informó ayer la Benemérita, la pareja empezó a escarbar en el macabro lugar y encontró unos pequeños huesos, que entregaron en el cuartel de la Guardia Civil de Oliva. Desde allí, los restos fueron trasladados a la comandancia de València, que decidió que los analizara el Instituto de Medicina Legal de la ciudad.

FALANGES // Inicialmente, los investigadores pensaban que eran los huesos de un animal, pero la Unidad de Antropología Forense de dicho instituto reveló que son humanos y que se trata de cuatro pequeñas falanges. Así, los especialistas pudieron determinar su origen, pero no estimar la edad ni el sexo, por lo que no puede determinarse si pertenecen o no a Miriam, Desirée o Toñi.

Para aclarar si los restos eran de alguna de las víctimas del triple homicidio de Alcàsser, crimen que conmocionó España entre finales de 1992 y el 27 de enero de 1993, la Guardia Civil ha abierto una investigación, a la vez que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Alzira, encargado del sumario del caso, decidirá si las falanges son trasladadas a un laboratorio para extraer el ADN de los huesos y cotejarlo con el de una de las niñas.

en BUSCA Y CAPTURA // El truculento caso se saldó con un único encarcelado, Miguel Ricart, quien salió de la prisión hace más de cinco años beneficiándose de la doctrina Parot, mientras que el otro implicado, Antonio Anglés, considerado el autor material del triple crimen, sigue todavía en situación de busca y captura.