El cadáver del indigente que murió en la madrugada del lunes al martes en una caseta abandonada junto a la parroquia de San José Obrero, en la avenida de l’Alcora, en el barrio de Crèmor, como publicó ayer Mediterráneo en exclusiva, no presentaba heridas de arma blanca en el cuerpo ni lesiones o golpes que pudieran indicar que la muerte no hubiera sido accidental, explicaron a este diario fuentes próximas a la investigación.

El cadáver, no obstante, estaba completamente calcinado por el fuego que él mismo habría realizado en el interior de dicha casa en ruinas. La Policía Nacional se ha hecho cargo de todas las actuaciones a la espera de que finalicen los exámenes forenses de la autopsia, que se le practicó en la mañana del martes. Las circunstancias que rodearon el suceso se deberán ahora esclarecer, por lo que la Policía Nacional está analizando los indicios hallados en el lugar.

Los vecinos del barrio se pusieron en contacto con este diario para denunciar que ya han presentado varias quejas al ayuntamiento por el estado de esta casa que sirve de cobijo para drogodependientes.