Un menor de 17 años y nacionalidad rumana ha ingresado en un centro de menores por orden del juez tras cometer seis robos con intimidación en Castellón en tan solo 48 horas.

El adolescente elegía a sus víctimas cuando caminaban solas por la calle y fijaba sus objetivos en niños de 13 y 14 años, a los que podía amedrentar con facilidad. Los intimidaba y amenazaba para que le dieran sus teléfonos móviles, que posteriormente iba a revender en el mercado negro.

Así ha podido saberlo este periódico de fuentes policiales, que recibieron varias denuncias en la comisaría provincial por hechos cometidos, entre otros lugares de la ciudad, en la avenida Valencia, la calle Juan Ramón Jiménez y la plaza España. El menor cometía los robos de forma muy seguida, escogiendo a los afectados de forma aleatoria y, en varios de los casos, logró hacerse con terminales de gran valor económico.

El joven arrestado era conocido por los agentes y se fugaba de su domicilio con bastante frecuencia, según han confirmado fuentes de la investigación. La descripción física que dieron las víctimas de los robos fue de gran importancia para determinar la autoría de las mismas.

Tras ser detenido por la Policía Nacional de Castellón y pasar a disposición judicial, el magistrado ordenó el ingreso del ladrón en un centro de menores.

menos casos // Aunque los robos con violencia e intimidación descendieron en la provincia un 11% el pasado año respecto a los datos del 2014, las sustracciones siguen siendo el delito más cometido por los menores de edad. El objetivo de los jóvenes cacos son, sin duda, el dinero en efectivo y los smartphones, unos objetos que pueden revender, posteriormente, con cierta facilidad y que les proporciona un beneficio rápido.

Los expertos recomiendan que los menores no porten teléfonos móviles de un alto valor, pues se convierten en blanco fácil para los atracadores. “Hay niños que llevan modelos que cuestan cerca de 800 euros y son terminales muy valiosos como para que los lleven adolescentes”, explican los agentes de policía, que advierten de que, por llevar encima un móvil así, los menores “se están poniendo en el punto de mira”.

Los hurtos de móviles al descuido se disparan también durante las fiestas de la Magdalena, siendo frecuentes en los lugares con grandes aglomeraciones. H