La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado al inquilino que quemó la casa de la pedanía de Artesa (Onda) de la que lo iban a desahuciar por impago a pasar tres años interno en un centro psiquiátrico. El sentenciado deberá indemnizar al propietario del inmueble, que le había arrendado la casa, con 14.020 euros, por los daños causados en el domicilio.

Asimismo, deberá abonar, tal y como le impone el fallo judicial, al que ha tenido acceso Mediterráneo, 1.445 euros al Consorcio Provincial de Bomberos por el coste de las tareas de extinción.

Aunque la Fiscalía pedía nueve años de prisión y otros nueve de internamiento psiquiátrico, los magistrados han estimado aplicar las atenuantes de eximente de alternación psíquica, por los problemas mentales del inquilino, y la de incendio de menor entidad, pues la vivienda afectada por el fuego estaba vacía.

A pesar de que la pena impuesta por el tribunal ha sido considerablemente inferior a la solicitada por la Fiscalía, el procesado no está conforme y, según ha podido saber este diario, desea recurrir la sentencia ante el Supremo porque mantiene que “no estoy loco”.

El inquilino, que padece síndrome de diógenes y rasgos esquizoides y paranoides, tiene la consideración de semiimputable por sus condiciones mentales. Durante el día del juicio, el acusado se mostró desafiante ante el tribunal, menospreciando la labor de la justicia, con expresiones tales como “no sé qué justicia hay aquí porque es bastante mala” o “no hay más que sinvergüenzas, ladrones y estafadores”.

Uno de los bomberos que participó en la extinción del fuego reveló, durante su declaración, que había tres focos y que el incendio fue provocado, una tesis sostenida, asimismo, por los investigadores de la Guardia Civil.

“La casa estaba llena de basura y de botellas de plástico, que favorecieron la combustión. Las llamas habían dejado la vivienda en muy malas condiciones y había riesgo de derrumbe”, afirmó el bombero, a quien cayó una viga sobre la espalda. Fue necesaria la evacuación de todos los vecinos del adosado y el bombero herido tuvo que acudir al centro de salud para que lo curaran.

El ya condenado negó los hechos durante su interrogatorio, dijo que no estaba en casa cuando se inició el fuego y alegó que las llamas podían haberse producido de forma natural. Esa hipótesis fue negada por los expertos. H