La titular del juzgado de Vila-real que lleva el caso interrogó ayer durante al menos siete horas, en una sesión maratoniana, a los dos detenidos por la presunta violación de una menor, de 17 años, en Burriana, la pasada Nochevieja. Después de la medianoche y al cierre de esta edición, aún no se conocía la decisión de la magistrada. Tras pasar a disposición judicial, el primero de los arrestados llegó a las dependencias del tribunal sobre las 17.00 horas en el interior de un vehículo camuflado y custodiado por dos agentes de la Guardia Civil, en medio de una gran expectación mediática. Media hora más tarde lo hacía en el interior de un vehículo oficial con los distintivos de la Benemérita el segundo detenido.

Cuatro ciudadanos de nacionalidad rumana permanecieron toda la jornada en las inmediaciones del juzgado y se acercaron a ver la entrada del segundo automóvil. Dos de ellos incluso se abalanzaron hacia la parte trasera del vehículo para tratar de darle ánimos, para irse poco después.

Asimismo, la jueza también tomó declaración por la mañana a varios testigos que había aportado la investigación de la Guardia Civil, que podían añadir datos en relación con lo que había ocurrido la noche de autos, aunque, según matizó el fiscal jefe de la Audiencia Provincial, José Luis Cuesta, sin que ello supusiera ningún tipo de implicación. Tanto Cuesta como la Guardia Civil desmintieron ayer que hubiera más detenidos por estos hechos por el momento. Por su parte, la adolescente, a la que también se tomó testimonio, permaneció durante varias horas en las oficinas de Atención a las Víctimas del Delito. Cuesta señaló que lo primero que le preocupó es que la víctima recibiera atención por parte de dicho servicio. La jueza había apurado el plazo máximo de 72 horas que podían estar detenidos los presuntos violadores y, durante la mañana del jueves, la Guardia Civil había trasladado a los dos sospechosos. Como publicó Mediterráneo, presuntamente la joven se vio sorprendida sobre las 5.00 de la madrugada cuando salía de la carpa de la Nochevieja en dirección a su domicilio por dos ciudadanos rumanos que la abordaron, le taparon la cabeza y la llevaron a una vivienda y la liberaron al día siguiente.