Un hombre de 55 años está siendo investigado por la Guardia Civil, tras lanzar a un cachorro de mastín de tres meses de vida desde el puente que cruza el barranco del Cascajar, en la localidad de Jérica. Así lo dio ayer a conocer la Benemérita, que tras recibir un aviso vecinal, se desplazó a la zona y localizó al animal en un lugar de difícil acceso y con abundante vegetación.

Ante la imposibilidad de que el can pudiese salir por sus propios medios y la dificultad de acceso para los agentes por el desnivel y la gran cantidad de masa forestal, se solicitó la colaboración del Consorcio Provincial de Bomberos para proceder a su rescate.

Tras auxiliar al animal, los guardias civiles comprobaron que se trataba de un cachorro de raza mastín y que carecía de chip. Además, el perro presentaba un estado de desnutrición.

INVESTIGACIÓN / Por dicho motivo, los agentes del instituto armado iniciaron una investigación para esclarecer los hechos y dar con la persona que pudiera haberse deshecho de él, logrando identificar, localizar e investigar a un varón de 55 años de edad por un delito de abandono animal.

Desde la Benemérita han agradecido la colaboración ciudadana, que ha sido fundamental para la resolución de este delito. Y es que fueron testigos de la presencia del animal quienes denunciaron lo sucedido. Desde el instituto armado recuerdan la campaña de concienciación contra el maltrato animal #yosípuedocontarlo.

Las diligencias instruidas han sido remitidas al Juzgado de Instrucción de Segorbe.

MALTRATO ANIMAL / Los equinos, perros, gatos y reses bovinas son algunos de los grandes afectados en Castellón por el maltrato animal, un delito que apareja penas de prisión de tres meses a un año y que pueden llegar hasta los 18 meses en el caso de que las lesiones acaben en muerte.

El principal daño que sufren estas especies en la provincia es la desnutrición, aunque también se dan casos puntuales de palizas y ahorcamientos, según explican fuentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona).

Sus miembros están desbordados, como ellos mismos han reconocido a este diario, y es que los delitos que persiguen están en auge. Consideran que debería aumentarse la plantilla actual y endurecerse las penas.

Según los expertos, no existe un perfil concreto atribuible a los delitos contra la fauna. Los infractores suelen ser hombres, de más de 35 años, pero pertenecen a clases sociales diversas y la formación no influye.