El joven francés de 22 años, vecino de Perpinyà, que causó la tragedia de la N-II a su paso por Girona conducía sin carnet, confirmó el conseller catalán de Interior, Jordi Jané. El conductor, fallecido junto con otras seis personas en el accidente de la madrugada del sábado en Pont de Molins, había perdido todos los puntos de la licencia el pasado diciembre por una acumulación de distintas infracciones, entre ellas positivos en controles de alcoholemia y exceso de velocidad, precisó Jané.

Fuentes próximas a la investigación han señalado que varios de los ocupantes del vehículo francés sobre el que recaen todas las sospechas de haber causado el siniestro tenían antecedentes por delitos en Francia, entre ellos, por robo, desobediencia a la autoridad y tráfico de drogas.

Los Mossos d’Esquadra sospechan que estos jóvenes venían de recoger la recaudación de un burdel de la zona cuando se produjo el accidente, lo que explicaría que llevaran encima unos 7.000 euros. Además, en el interior del vehículo también se encontraron dos botellas de vodka.

El conseller señaló que “todo hace pensar” que el automóvil francés que iba en dirección sur circulaba con un exceso de velocidad, ya que la colisión entre ambos coches fue “un impacto brutal”, en palabras de Jané.

Por otra parte, los cuerpos de los dos trabajadores fallecidos en el accidente y que viajaban en el otro vehículo llegaron ayer al tanatorio Sant Vicens de Figueres para que las familias puedan dedicarles su último adiós. En la instalación funeraria se vivieron escenas de desgarrado dolor. H