Un tranquilo paseo por el centro de Castellón se convirtió en pesadilla. Un hombre y su hija caminaban junto a su mascota, un pequeño caniche, cuando se dieron de bruces con otros dos perros que iban sueltos. Sucedió muy rápido. Los dos animales sin correa, de raza cruzada y tamaño medio, se lanzaron contra el caniche, mordiéndole y causándole graves lesiones por todo el cuerpo.

Sin embargo, el ataque no se quedó ahí y la dueña del pequeño can también resultó herida, aunque de carácter leve. Sin duda, la que se llevó la peor parte fue su mascota, que tras la agresión tuvo que ser sacrificada por un veterinario debido a las heridas.

Los dos afectados, padre e hija, no dudaron en personarse en la comandancia de la Guardia Civil para denunciar lo ocurrido. Y es que, aunque es obligatorio que los perros vayan atados por la calle, los animales atacantes no lo estaban. Tras relatar a los efectivos de la Benemérita la agresión --los hechos narrados ocurrieron el pasado 1 de marzo--, especialistas del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) iniciaron una investigación para dar con los dueños de los agresivos canes. Los agentes reprodujeron lo sucedido y analizaron por qué los propietarios no impidieron el ataque. Al parecer, según confirmaron las pesquisas policiales, los dos animales se les escaparon sin poder detenerlos en ningún momento. El Seprona pudo dar con los dueños de los perros, que resultaron ser dos mujeres de 25 y 28 años, vecinas de Castellón.

La Guardia Civil procedió a la investigación de ambas (término que sustituye al de imputación) y remitió las diligencias instruidas al decanato de los juzgados.

Vinaròs y Benicàssim han sido algunas de las últimas localidades en vivir hechos similares. Un pit bull mordió a una menor en la capital del Baix Maestrat y una benicense sufrió heridas graves en su nariz al atacarle su can. H