Juan Carlos Quer, padre de la joven asesinada en Galicia Diana Quer, quedó ayer en libertad, sin medidas cautelares, tras prestar declaración ante un juzgado de Majadahonda (Madrid) por la denuncia de su exmujer, que lo acusa de lesiones e intento de atropello. Quer será investigado por un presunto delito de lesiones después de que la magistrada titular de ese juzgado, el número 7 de Majadahonda especializado en violencia sobre la mujer, se haya inhibido en favor del partido judicial de Pozuelo de Alarcón.

No es la primera vez que la expareja se enfrenta en los juzgados y ayer, a veinte días de que comience el juicio por el asesinato en agosto de 2016 de su hija Diana, de 18 años, Juan Carlos Quer y Diana López-Pinel volvieron a hacerlo por denuncias recíprocas: la de ella por lesiones e intento de atropello y la de él por injurias, calumnias y denuncias falsas.

El martes por la noche, López-Pinel presentó en la Guardia Civil de Majadahonda una denuncia en la que acusaba a su exmarido de haberla golpeado en el pómulo, de lesiones en la muñeca y de intento de atropello en el garaje de una vivienda de Las Rozas. Según la denunciante, ocurrió en torno a las 15.00 horas.

Después, sobre las 17.00 horas, Juan Carlos Quer se dirigió a la comisaría de Pozuelo de Alarcón para «protegerse», según dijo tras declarar en el juzgado, y denunció a su exmujer por amenazas, agresión, injurias y denuncia falsa. El padre de Diana acudió a la Guardia Civil y fue detenido. Tras interrogarle, los agentes del instituto armado lo pusieron a disposición de la autoridad judicial.

Quer salió «sereno» del juzgado porque «la verdad todo lo redime», y lamentó sobre todo que su hija Valeria «tenga que vivir estas experiencias». Fue tajante al asegurar que su exmujer «hace años que perdió el norte».