Un jugador del Club de Fútbol Oropesa, de 28 años, deberá pagar, entre multa e indemnización, 8.729 euros por haber pegado a otro jugador del Borriol C.F. tras ser expulsado del campo en mayo del 2015. Esa es la condena impuesta por el Juzgado de lo Penal número 3 de Castelló y ratificada ahora por la Audiencia Provincial, que ha rechazado el recurso presentado por la defensa del deportista sentenciado.

Según declara probado el tribunal, los dos equipos jugaban un partido en el campo llamado El Palmar de Borriol. En el minuto 65 del encuentro el ya condenado fue expulsado del terreno de juego al encontrarse implicado en un altercado previo con dos jugadores del equipo rival, entre los que se encontraba la víctima de la agresión, y el delegado del campo. Una vez el árbitro le mostró la tarjeta roja y cuando debía abandonar el terreno de juego, le propinó un puñetazo en la cara y un empujón al denunciante, que cayó al suelo y sufrió una luxación acromio-clavicular.

Tardó en curarse 113 días, según establece la sentencia, siendo todos ellos impeditivos y requiriendo reposo, tratamiento farmacológico, ortopédico, quirúrgico y rehabilitación. Y es que la víctima tuvo que pasar por el quirófano, donde le introdujeron material de osteosíntesis (agujas). Como secuelas, el tribunal consdiera probado que padece dolor en el hombro ocasional y una cicatriz en forma de L.

El juzgado lo condena a pagar una multa de 1.116 euros por un delito de lesiones y a indemnizar al afectado en 7.613 euros.

La víctima dijo en el juicio por estos hechos que el agresor resultó herido en una jugada y se levantó del suelo muy alterado, golpeando una valla. Dijo, además, que él estaba en el banquillo cuando recibió el puñetazo y negó, como sostenía el condenado que él hubiera también agredido al sentenciado.

Este último acusó a la víctima de cogerlo del cuello y aseveró que «solo quería quitárselo de encima». Sin embargo, el tribunal no ha creído su versión.