La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón juzgará el 11 de diciembre a un hombre, para quien el fiscal pide 12 años y medio de prisión como presunto autor de un delito de agresión sexual a una menor. Además el día 18 del mismo mes, otro varón se enfrentará a ocho años por los delitos de prostitución de menores, exhibición de material pornográfico a menores y corrupción de menores.

El primero de los casos se remonta al 27 de octubre del 2015. Según el escrito del Ministerio Público, el acusado quedó con una menor de 13 años en su domicilio situado en Burriana para jugar a videojuegos, tras mantener contacto previo por Whattsapp con mensajes de elevado contenido sexual, que incluyen hasta fotografías de la menor desnuda, que presuntamente le envió a requerimiento del acusado.

Una vez en el domicilio del procesado, este último le dijo: «Vamos a follar». Y, ante la cara de sorpresa que puso, le dijo que era broma. Acto seguido, con ánimo según el fiscal, de satisfacer su deseo sexual, la cogió por la cintura ordenándola que no dijera nada mientras le quitaba la ropa, a lo que ella accedió por miedo a represalias. A continuación la llevó al cuarto, la tiró sobre la cama repitiéndole insistentemente: «Como se lo digas a alguien te vas a enterar». Le desabrochó el cinturón y el pantalón, supuestamente, penetrándola por la vía vaginal mientras la sujetaba fuertemente agarrándole las muñecas contra la cama. Al finalizar, le espetó que como se lo dijera a alguien iría a por ella.

El segundo caso se produjo el 5 de noviembre del 2016. El acusado, según el fiscal, estaba en Vinaròs y, actuando con ánimo libidinoso, se dirigió a su víctima y tras mostrarle en su móvil vídeos en los aparecían niños manteniendo relaciones sexuales entre sí y con terceras personas, le preguntó si quería mantener relaciones sexuales con él, a lo que se negó. A continuación, se dirigió a otra víctima y con igual ánimo libidinoso le propuso tener relaciones sexuales a cambio de regalarle un móvil a lo que se negó. Presuntamente guardaba en el celular archivos de imagen y vídeo que mostraban a menores manteniendo relaciones sexuales entre ellos y con terceras personas o exhibiéndose desnudos. Algunos los había compartido con otras personas a través de aplicaciones de Whatsapp o similar.