Solidaridad, rabia, repulsa, impotencia... Muchos sentimientos los que en las últimas horas han invadido a los vecinos de l’Alcora, una localidad que muestra su condena unánime por el último ataque machista de la provincia, el que el pasado día 30 de diciembre por la noche dejó herida por arma blanca a Olga, una vecina de 50 años. Como avanzó Mediterráneo, su exmarido, Miguel C.M., la esperó en el garaje de su casa con un cuchillo en la mano y le provocó lesiones en el cuello y en el rostro. Tras la agresión, el hombre huyó a casa de su madre, se pegó un tiró en la cabeza y murió en el acto.

Desde el Ayuntamiento de l’Alcora expresan su «más firme repulsa» ante los hechos ocurridos. «Manifestamos nuestro absoluto rechazo ante cualquier tipo de violencia. Condenamos cada caso y cualquier modo de violencia de género, lacra que representa una de las mayores vulneraciones existentes de los derechos humanos y que limita la libertad de las mujeres y de sus familiares», incide el equipo de gobierno local. Desde el consistorio desean «la pronta recuperación» de la afectada y transmiten su «máximo apoyo a sus familiares y amigos».

«No estás sola»

Rechazo también al intento de homicidio por parte de la Associcació Dones Progressistes del municipio. «Muchas conocíamos a la víctima, al agresor y a sus dos hijos. Olga, no estás sola. Desde la asociación te trasladamos nuestro apoyo y nuestra fuerza para que este mal momento pase lo más rápido posible», le dedican.

Fuentes cercanas a la familia de Miguel C.M. confirman que el fallecido atravesaba una depresión por motivos laborales. Al parecer, en los últimos meses se había encerrado en la casa de su anciana madre (calle Vinyals), donde el lunes por la noche se quitó la vida de un tiro.

Colectivos andaluces con los que se relacionaba la expareja (natural de Córdoba, pero asentada en l’Alcora) como Los Moles, el Coro Rociero o el Grupo de Sevillanas El Rebujito están consternados y condenan la actitud de Miguel C.M., que hubiera podido terminar con la vida de Olga, de la que llevaba separado unos dos años.