El barrio de La Puritat de Morella registró en la madrugada de este lunes un robo en una vivienda mientras la familia dormía en el interior del domicilio.

Los hechos sucedieron alrededor de las 3.30 horas. Un matrimonio dormía en su habitación asidua, situada en el segundo piso de la casa. En ese instante, los supuestos ladrones forzaron el pomo de la puerta y accedieron al domicilio. La familia, compuesta por un matrimonio y su bebé, se despertaron al oír el llanto de la criatura que se despertó por el ruido que hicieron los intrusos en el piso inferior. Al despertarse, fueron conscientes de que algo ocurría en el primer piso y bajaron rápidamente para averiguar qué sucedía. Por suerte no llegaron a cruzarse con los ladrones y solo llegaron a ver a un individuo que deambulaba por la casa y se alumbraba con la linterna de un teléfono móvil.

Desorden en el despacho

Finalmente, al percatarse de que los dueños de la vivienda se habían desvelado, los asaltantes huyeron. Pero, pese a la paralización del robo, los implicados lograron sustraer una pequeña cantidad de dinero en efectivo que había en una cartera, concretamente 30 euros. Sin embargo, el desorden en el primer piso fue notorio, ya que los cacos revolvieron absolutamente todo lo que encontraron en el despacho de la vivienda.

Los padres asustados por el episodio que estaban viviendo llamaron a la Guardia Civil, que se desplazó hasta Morella desde el cuartel del Benemérito cuerpo de Vilafranca, ya que en la madrugada del lunes el complejo morellano de la benemérita no tenía turno de noche. Los agentes registraron la vivienda y recogieron las huellas que dejaron los asaltantes. De este modo, las fuerzas y cuerpos de seguridad abrieron una investigación para tratar de resolver este episodio que, por fortuna, solo quedó en un gran susto para la familia afectada.

Tal como pudo saber este diario, la familia, residente en Morella desde hace más de cuatro años, vive en el barrio de La Puritat con su niña de nueve meses. Se trata de un matrimonio formado por Indalecio (38 años) y Lorena (37 años), veterinario y profesora, respectivamente. Ambos contaban con una pequeña oficina en el domicilio para guardar documentos y otros materiales de trabajo.

«Cuando la escuchamos llorar, empezamos a hablar fuerte para que vieran que nos habíamos despertado, y en cuanto bajamos se fueron. No tocaron nada, entraron directamente al despacho; revolvieron cajones, armarios, estanterías... Pero no sustrajeron nada, únicamente treinta euros de la cartera», manifestaron los afectados. «Menos mal que todo quedó en un gran susto», apuntaron.