La rabieta de un adolescente acabó ayer, por fortuna, en un susto. Un menor de 13 años, de nacionalidad rumana y vecino de Orpesa, se fugó de casa el martes por la tarde, tras saber que había obtenido malas calificaciones en los exámenes de recuperación, y pasó 24 horas en paradero desconocido. Su familia, muy alarmada tras hallar sobre la mesa la papeleta de las notas y una carta que decía “perdóname, mamá”, denunció la desaparición del joven a las autoridades.

La Guardia Civil de Orpesa, la Policía Local y efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos pusieron en marcha un importante dispositivo de búsqueda para dar con él, con la colaboración de los amigos y familiares del niño, desesperados por saber del adolescente.

Tras un día de angustia en el que incluso llegó a movilizarse a la Unidad de Rescate Acuática, el menor fue localizado sobre las 15.00 horas de ayer, en una zona de acantilados de Orpesa, tras haber pasado la noche fuera de casa.

Fueron unos ciclistas quienes, de ruta por el lugar, reconocieron al chico, que estaba solo y en perfecto estado, y alertaron a los integrantes del dispositivo de búsqueda. Estos recogieron al menor, avisaron a su familia y lo trasladaron al centro de salud para asegurarse de que no tenía lesiones. H