Indignación, resignación y un punto de alivio por acabar con una historia que ya dura cinco años. Son los sentimientos que acompañan al responsable de la administración de lotería número 4 de Vila-real, M. B., después de que la persona que le estafó 62.000 euros en boletos de Lotería Nacional haya conseguido una rebaja de pena. De los seis años que pedía Fiscalía en primera instancia, al final solo ha sido condenado a dos años y medio.

El motivo de la indignación parece obvio, puesto que nadie le asegura la recuperación de la cantidad estafada, que la víctima ya ha tenido que abonar a Loterías y Apuestas del Estado. Más bien lo contrario, puesto que el condenado, J. M. B. S., ya cumple pena de prisión por delitos similares cometidos en San Sebastián e Irún. El lotero vila-realense y el familiar que le acompañó durante el juicio no confían en recuperar los 62.000 euros. «Nos han dicho que se puede declarar insolvente y que si en unos años sigue en esa misma situación, acabará por no pagar», afirmaron a este diario.

También el abogado de J. M. B. S. admitía que es difícil que su cliente abone el precio de los boletos. «Tiene una cuenta corriente con 4.000 euros que ya han sido consignados para asumir la responsabilidad civil, y como ya cumple condena no puede tener más ingresos que los que pueda obtener trabajando en la cárcel», apuntó.

1.000 EUROS EN ABOGADOS // La resignación tiene que ver con una justicia que creen no les ha tratado bien. Acudieron al juicio sin abogado, con ganas de finiquitar un episodio triste. «Nos gastamos más de 1.000 euros en un abogado que, finalmente, nos dijo que no valía la pena seguir con el proceso porque difícilmente recuperaríamos lo perdido». Al menos, les queda el alivio de pasar página, pese a que este episodio les ha salido muy caro.

El condenado llegó a la Audiencia Provincial con un acuerdo con la Fiscalía bajo el brazo. Esposado y custodiado por la Policía Nacional, se limitó a aceptar el escrito de conformidad en el que reconoce el delito continuado de estafa con el agravante de reincidencia.

LOS HECHOS // En julio del 2012, el estafador acudió a la administración de lotería y, actuando con ánimo de inmediato enriquecimiento y haciendo creer a su dueño que tenía un bar en Valencia, solicitó la compra de 60 billetes de Lotería Nacional por valor de 12.000 euros. Apenas 20 días más tarde, realizó una operación muy similar, pero por valor de 52.000 euros. En esta ocasión, alegó que realmente poseía tres negocios de restauración y se comprometió a pagar más adelante.