La Audiencia Provincial de Castellón celebró ayer un juicio por presuntos abusos sexuales continuados a una menor. En el banquillo se sentó el padrastro de la víctima, para quien la Fiscalía pide 12 años de cárcel por unos hechos que, supuestamente, tuvieron lugar en Benicarló durante el 2019.

La nota menos habitual en un juicio de estas características la puso la madre de la menor, quien se posicionó a favor de su marido y no solo dudó de la declaración de la adolescente, sino que la acusó abiertamente de «mentir», de «ser capaz de cualquier cosa» y de «querer destrozar su pareja». La madre declaró que su hija quería irse, a toda costa, a vivir a Barcelona con su padre --hecho que según ella podría haber motivado la denuncia interpuesta contra su padrastro-- y la describió como una persona «que se inventa cosas».

El procesado, por su parte, negó los tocamientos y chantajes de los que le acusa el fiscal. «Yo sería incapaz. No se me pasa ni por la cabeza», afirmó en su interrogatorio el hombre, quien inicidió en que la menor amenazaba con irse a Barcelona, no obedecía y no aceptaba que la familia se hubiera mudado de Cataluña a Benicarló. Asimismo, acusó a la víctima de haber recurrido ya a un presunto acoso escolar para conseguir regresar antes de denunciarlo a él y propiciar su detención.

LA VERSIÓN DE LA NIÑA

La adolescente, que en la actualidad cuenta con 16 años, declaró protegida por un parabán. Relató que, aprovechando las ausencias de su madre del domicilio familiar por trabajo, su padrastro la chantajeaba y le decía que si no accedía a sus peticiones sexuales no la dejaría salir con sus amigas o, por ejemplo, celebrar su cumpleaños. «Empezó a tocarme encima de la ropa, pero después me pidió un día que me la quitara y que lo masturbara», contó la niña, quien aseguró que el acusado acabó por realizarle diversos tocamientos a ella.

La niña negó que quisiera marcharse de forma inminente a Barcelona y reconoció que, «como no sabía qué hacer», le grabó un audio a su padrastro como prueba de los chantajes. Según su relato, en el audio --aportado a la causa-- se oye al procesado decir que ella debe hacer cosas --sin especificar que se trate de sexo-- si quiere salir con sus amigos. Asimismo, el fiscal recordó durante el juicio que en dicha grabación el hombre también asevera «Si dices que te he forzado a hacer algo, te mato». Ante dicha afirmación, el padrastro apuntó: «Hay veces en las que uno dice cosas que no quiere y después se arrepiente».

Tanto los guardias civiles que intervinieron, como las forenses que exploraron a la menor creen el relato de la víctima y lo consideran «coherente». Un policía judicial recordó que, tras la denuncia, la menor le entregó una carta en la que intentaba exculpar a su padrastro y en la que aseguraba que era ella quien le había provocado. «Creí conveniente reflejar en diligencias que la carta podría estar inducida», dijo el investigador. Una médico forense relató que la niña tenía «ansiedad» y que la declaración era «creíble». Otra forense no pudo declarar por estar confinada por contacto con el coronavirus.

El juicio quedó ayer visto para sentencia tras elevar a definitiva el fiscal la petición de cárcel.