El falso médico gallego José Manuel Pérez López -alias Coté- y su socio vinarocense Frederic Gisbert acceden cada mañana a la Ciudad de la Justicia de Castellón erguidos y con la cabeza alta. Lo hacen desde el pasado martes, cuando comenzó el juicio contra ellos en la Audiencia Provincial, y lo seguirán haciendo, previsiblemente, hasta el próximo miércoles, cuando concluirá dicha vista oral.

No aparentan preocupación, a pesar de que la Fiscalía pide para ellos penas de veinte años de prisión por estafa agravada, intrusismo, lesiones y un delito contra la salud pública. Se muestran seguros y confiados en sus declaraciones, intentando desprestigiar al fiscal decano de Vinaròs, el juez instructor y la Guardia Civil. Llegan, incluso, a hablar con desprecio de algunas de las personas que los han denunciado por sus prácticas en la clínica Estetic Medical Center del Baix Maestrat.

Coté, en concreto, sostiene que las víctimas «solo quieren los siete millones de euros que tengo en el banco» y menosprecia abiertamente a la presidenta de la asociación que los representa. El falso médico gallego ha presentado al tribunal supuesta titulación cursada en Estados Unidos. Dice haber estudiado en Nueva Jersey, Florida y Oxford. Sin embargo, los afectados sostienen que en el tiempo en el que dice que trabajaba o estudiaba en el extranjero ya ejercía como médico en Ferrol. Precisamente allí está a la espera de juicio en una macrocausa por hechos similares a los de Vinaròs.

En España solo constan estudios suyos de Bachillerato. Sus víctimas aseguran que el resto de los títulos que colgaban de sus paredes eran falsificados. Los afectados relatan, incluso, que fingía llamadas telefónicas y hablaba en inglés --o algo parecido-- para dárselas de reputado doctor con una fama internacional.

Desconcierta su facilidad para la mentira. En un programa de televisión con cámara oculta dijo haber implantado los brazos al motorista Ricardo Tormo. Sin embargo, el deportista solo se destrozó una pierna cuando Coté era un adolescente. En su interrogatorio en la Audiencia de Castellón hace referencia a empresas e instituciones de dudosa existencia con un discurso soberbio y embaucador. Asegura haber sido «jefe de clínica en Oxford» y «colaborador del Ministerio de Sanidad» en una exposición sobre el sistema universitario anglosajón caracterizado por la verborrea.

La Fiscalía gallega pide para él 334 años de prisión por 64 delitos de lesiones y uno de homicidio por imprudencia, entre otros. El Ministerio Público sostiene que, al menos desde 1998, elaboró y se dotó de un falso currículo académico y profesional mediante la alteración o imitación de numerosos títulos, tanto españoles como extranjeros.

Un joven muerto

Destaca el caso de un joven que estuvo acudiendo a su consulta aquejado de acné para la que se le aplicó acupuntura. En el 2006 se le manifestó una adenopatía en la zona submaxilar. Supuestamente, Coté lo estuvo tratando de un ganglio y después le apareció una úlcera en la boca, momento en el que le recomendó ir a la Seguridad Social. El paciente falleció de cáncer en el 2007 y el fiscal señala que la muerte se debió al gravísimo retraso en el diagnóstico.

Gisbert se ha presentado ante el tribunal como un discípulo de Coté, maravillado por su «experiencia» y «renombre». Los afectados aseguran que también se hacía llamar doctor e intervenía en las prácticas.