Equinos, perros, gatos y reses bovinas son los grandes afectados en Castellón por el maltrato animal, un delito que apareja penas de prisión de tres meses a un año y que pueden llegar hasta los 18 meses en el caso de que las lesiones acaben en muerte.

El principal daño que sufren estas especies en la provincia es la desnutrición, aunque también se dan casos puntuales de palizas y ahorcamientos, según explican fuentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

Según los expertos, no existe un perfil concreto atribuible a los delitos contra la fauna. Los infractores suelen ser hombres, de más de 35 años, pero pertenecen a clases sociales muy diversas y, según aseveran los especialistas, la formación no influye en la comisión de este tipo de ilícitos penales.

Los miembros del Seprona están desbordados, como ellos mismos han reconocido a Mediterráneo, y es que los delitos que persiguen están en auge tanto en la provincia, como en otras partes de España. Por ello, consideran que debería aumentarse la plantilla actual, que cuenta con cinco patrullas distribuidas por las diferentes comarcas de Castellón.

«Ahora investigamos cientos de hechos, pero cabe relacionar el aumento con el incremento de los controles, una concienciación social acerca de los delitos relativos a los animales y una legislación española e internacional en constante evolución», reconocen.

Los agentes reciben, a través del teléfono e internet, las denuncias de ciudadanos corrientes, que les trasladan sus sospechas. Los avisos vienen, en muchas ocasiones, por parte de vecinos o viandantes y la tecnología ha contribuido notablemente a ello. «Todo el mundo tiene hoy en día un smartphone y nos mandan fotos o vídeos de animales que creen en peligro», relatan los investigadores de la Comandancia de Castellón.

La última actuación del Seprona se dio a conocer hace apenas cuatro días. Los agentes investigaron al dueño de dos pitbull terrier que, tras escaparse de una finca con poca seguridad en Betxí, mataron a otros cuatro canes. Y es que los delitos que persigue el Seprona, con un ámbito de actuación tan amplio como desconocido, no se ciñen al maltrato.

Un amplio abanico

Los agentes se cercioran, asimismo, de que los propietarios de perros peligrosos tengan todos los permisos en regla --deben pasar un psicotécnico y tener un seguro de responsabilidad civil--, investigan la pesca ilegal, acciones relacionadas con la caza, la contaminación de las aguas, los mataderos, los residuos e incendios forestales, pasando por las condiciones de las edificaciones o la falsificación o adulteración de medicamentos para su posterior distribución ilegal.

Los agentes vigilan la actividad pesquera en la provincia y realizan controles en las lonjas para detectar posibles delitos. Uno de los más frecuentes es la captura de pescado inmaduro. El pulpo, la merluza, las tellinas, el salmonete o la sardina son, según el Seprona, algunos de los productos intervenidos con una mayor frecuencia.

En términos generales, entre las actuaciones más destacadas de los últimos tiempos en Castellón figuran la incautación de cuatro toneladas y media de caracoles para elaborar cosméticos ilegales con baba de caracol --con 23 detenidos-- y el esclarecimiento de una estafa por internet para vender cachorros moribundos. Los delitos contra la flora y la fauna están en auge en la provincia y el Seprona se vuelca para combatirlos.