Oleada de robos en Espadilla. La pequeña localidad del Alto Mijares --con 72 vecinos según el censo del 2018-- se levantó ayer golpeada por la delincuencia. Casas, negocios y locales del municipio fueron saqueados durante la noche sin que nadie se diera cuenta. No fue hasta primera hora de la mañana, sobre las 7.00 horas, cuando los afectados comenzaron a descubrir los destrozos de los ladrones.

La farmacia, varias viviendas, el local sociocultural, el almacén municipal y las asociaciones de jubilados, cazadores y Amigos de San Roque están en la lista de damnificados. El botín total supera los 10.000 euros, según confirma a este periódico la alcaldesa, María Teresa Marcos.

Los asaltantes accedieron por puertas y ventanas, rompiendo listones de madera y forzando rejas. Provocaron graves daños en el almacén municipal, del que se llevaron toda la maquinaria de las brigadas forestales, sustrayendo desbrozadoras y motosierras, entre otros objetos. Fueron precisamente estos operarios quienes se dieron cuenta de lo ocurrido a primera hora y dieron la voz de alarma.

Los asaltos causaron ayer una gran alarma social en una localidad habitada casi en exclusiva por gente mayor. «Nunca había visto nada igual. Han entrado de forma aislada en algún sitio, pero es que esta vez han robado en todo el pueblo. Esto es un desastre», lamenta la alcaldesa, quien incide en que si ya tienen «problemas de despoblación» en pueblos como el suyo, «con este tipo de hechos se agravan y se genera inseguridad», subraya.

Los damnificados se encuentran todavía revisando los desperfectos y cuantificando los daños. Además de la maquinaria agrícola, los cacos se llevaron también los sables de la Asociación Amigos de San Roque.

«Por suerte, en el ayuntamiento no han entrado. Tenemos alarma, al igual que otros pueblos, y puede que eso haya frenado a los ladrones», apunta la munícipe, quien aduce «desprotección» en el interior.