Desde hace algo más de dos meses, las familias de Rocío e Ivanna están unidas por la tragedia. Ambas jóvenes fueron arrolladas la noche del pasado 14 de septiembre por un Seat León de color negro, conducido por D.M., mientras esperaban el autobús en la parada de la N-340 de Benicarló, junto a la gasolinera BP. Como consecuencia del brutal atropello, la menor, Rocío, falleció e Ivana sufrió graves heridas.

Ayer, sus familiares y amigos regresaron al punto en el que sucedió el accidente, pero no lo hicieron solos. Más de 200 de personas, entre las que había representantes de numerosas asociaciones, les acompañaron y les mostraron su apoyo en la que se ha convertido su lucha incansable: conseguir justicia para Rocío e Ivana. Todo, en un corte de la vía que se hizo en el más absoluto silencio, en señal de duelo y respeto.

Encabezando la manifestación, una auténtica superviviente, Ivana, en silla de ruedas. Perdió a su amiga, y aunque físicamente aún deberán pasar meses para recuperarse, sacó fuerzas y ánimo para acudir a la convocatoria e incluso para consolar a otra víctima.

Hoy por hoy, el causante del atropello, vecino de Vinaròs y nacido en Georgia, está en la calle. En su día fue detenido por la Guardia Civil como presunto autor de un delito de homicidio por imprudencia grave y por conducir bajo la influencia de las drogas y, tras pasar por el juzgado, se decretó su libertad a la espera de juicio. «Ni siquiera nos ha pedido disculpas, no se ha puesto en contacto con nosotros», asegura Jessica Alonso, tía de Rocío.

«Cualquier persona con un poco de humanidad, hubiera dado el pésame a los familiares, o hubiese acudido al hospital a visitar e interesarse por el estado y la evolución de Ivana», agregó.

Sin embargo, su reclamación va más allá y demandan que se realicen las actuaciones pertinentes en el vial para que no se produzcan más accidentes, y miles de personas les han dado su apoyo en las redes sociales. «Somos una plataforma que pide justicia y creemos que la primera medida es la remodelación de la N-340 en un tramo donde, cada pocas semanas, hay accidentes», indican.

El mal estado de la carretera y la escasa o prácticamente nula iluminación del punto en el que tuvo lugar el atropello, junto a la falta de acondicionamiento de la parada de autobuses, son otros aspectos que ven cruciales.

La familia ha logrado reunirse con la alcaldesa de Benicarló, Xaro Miralles, con quien mantuvieron un encuentro este viernes y que les trasladó su intención de tomar medidas en seis meses para reducir la peligrosidad en la N-340. «También remitimos un escrito a los responsables de Carreteras del Estado, pero aún no hemos obtenido respuesta, lamentaron los familiares.