Dos mujeres perdieron ayer la vida en España víctimas de la violencia doméstica, una tercera resultó herida, y sus agresores se suicidaron. En Cantalejo (Segovia) un hombre de 38 años mató a tiros a su suegra, hirió a su esposa y horas después se suicidó en las escaleras de acceso a la iglesia. Asimismo, un reconocido oftalmólogo barcelonés de 57 años mató ayer a tiros a su esposa y luego se quitó la vida disparándose con el mismo revólver en el domicilio conyugal de Moi , en Barcelona.

Según fuentes de la Subdelegación del Gobierno de Segovia, los hechos en Cantalejo se registraron sobre las 2.15 horas de ayer en el bar Expresso que regentaban Cecilio Calvo Matesanz, de 38 años, y su mujer María del Rosario de Diego, sito en el mismo edificio donde residen con su hija de ocho años, que ocupa el primer piso, y la fallecida Olimpia San Atanasio, la suegra, que residía en la segunda.

El presunto homicida se encontraba bajo los efectos del alcohol, y su esposa declaró que nunca le había pegado ni había sido objeto de malos tratos.

Una de las hipótesis que barajan los investigadores es que Cecilio Calvo estaba en su bar junto con clientes cuando, pasadas las dos, bajó su esposa para indicarle que la música estaba muy alta y que cerrara. En medio de la discusión, el hombre sacó la escopeta de caza y disparo contra su esposa, a la que hirió levemente. Al oír el ruido, la suegra bajó y el yerno le disparó a bocajarro por la espalda y la mató.

Mientras que la mujer salía a pedir ayuda, el esposo huyó. Horas después fue hallado colgado del cinturón de una barandilla junto a las escaleras de acceso a la parte posterior de la iglesia.

Por otra parte, el reconocido oftalmólogo barcelonés Fernando Navarro Morlans, de 57 años, mató ayer a su esposa Rocío Martín Céspedes, de 34, y luego se suicidó disparándose con el mismo revólver, tras mantener una discusión. El crimen se produjo al mediodía en la vivienda familiar, un lujoso chalet de Moi (Barcelona). Cuando la asistenta llegó a la casa, encontró una nota en la que se le advertía que no entrara en la habitación de la pareja, donde fueron hallados los cadáveres.