La Sección Primera de la Audiencia Provincial sentó ayer en el banquillo a un ciudadano marroquí, quien se enfrenta a una pena de cuatro años de prisión por apuñalar a un compatriota en el año 2016 frente a un bar de Burriana. Unos hechos por los que su hermano ya fue condenado --alcanzó un pacto de tres años con la Fiscalía tras reconocer el ataque y al año y medio de estar en la cárcel fue expulsado de España por tiempo de otros siete--.

El hombre que se enfrentó ayer a un juicio por lesiones estuvo en búsqueda y captura tras la reyerta, por lo que su juicio se ha celebrado casi tres años después.

La víctima del brutal ataque fue muy contundente en su declaración. «El día previo a los hechos tuve una pelea tanto con el acusado como con su hermano. Horas después, me vieron bajar del coche para sacar dinero y vinieron a por mí con cuchillos», dijo el denunciante. «Me dieron ocho puñaladas. La carne del brazo se me quedó totalmente colgando y me dieron en la cara, desde la frente hasta la barbilla», explicó al tribunal la víctima, quien aseguró que nadie quiere darle en la actualidad trabajo por la cicatriz que tiene en el rostro. El procesado negó la mayor y dijo que él solo medió entre su hermano y el denunciante, intentando separar.

Los momentos más tensos se vivieron cuando un testigo reconoció al acusado y lo señaló como uno de los autores del ataque. «No se me olvida su cara», dijo el hombre, quien relató al tribunal cómo sucedieron los hechos.

La forense, por su parte, declaró en calidad de perito y reveló que en la clavícula del herido encontraron la punta de un cuchillo empleado en la agresión.

La fiscal ratificó su petición de cuatro años y una indemnización de 45.518 euros. El juicio quedó ayer visto para sentencia.