La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón ha acogido hoy el juicio contra dos jóvenes acusados de violar a una menor en Burriana en la Nochevieja del 2018. La víctima, que declaró tras un paraban, relató los abusos sexuales que sufrió durante varias horas, primero en un parque y después en la vivienda de ambos. «Me violaba cuando quería», señaló respecto a uno de ellos, que fue el que la llevó a la casa. Los procesados, que se enfrentan a 26 años de prisión por agresión sexual continuada y detención ilegal, señalaron que el sexo fue consentido y que, de hecho, fue ella la que llevó toda la iniciativa.

La joven, que en el momento de los hechos tenía 17 años, explicó que a las 5.00 horas ya del 1 de enero procedía a irse a su casa tras estar de fiesta, y que en un parque la abordó uno de los acusados. «Me puso la mano en la boca y no me dejaba respirar», indicó, y fue por miedo que le dijo al acusado que «hiciera lo que quisiera» pero que le «dejara respirar». Allí se produjo, indicó, la primera violación.

La víctima afirmó que no hubo una amenaza explícita por parte del acusado, y que ella solo siguió sus indicaciones porque estaba «en shock» y temía que le hiciera daño. Fue por eso por lo que lo acompañó hasta su vivienda, con la «cabeza cubierta con una chaqueta». Allí es donde se produjo una sucesión de violaciones en las que también participó otra persona, el segundo procesado.

Durante el tiempo que estuvo retenida, aseguró que pidió irse de la casa en una ocasión, y que uno de los jóvenes se lo impidió. «En un momento dado les dije: ¿no tenéis madres o hermanas? Imaginaos que les pasa esto», relató la joven en la sala. En la vivienda había otras tres personas, que no intervinieron. Tras varias horas, indicó, la dejaron marchar.

Consentimiento

Los dos jóvenes, de nacionalidad rumana y en situación irregular en el país, y que llevan dos años en prisión provisional, indicaron que hubo consentimiento de la joven en todo momento. Uno de ellos dijo que bajó de madrugada a comprar tabaco y que fue la joven la que, al encontrarse, le besó --aseguró que ya se conocían, lo que niega la víctima-- y aceptó ir a su casa. Allí, defendió, tuvieron relaciones sexuales y después también con el otro acusado, y que era libre de irse.

En la sesión también declaró uno de los hombres que estaba en el piso esa madrugada, que dijo que la joven entró «con una capucha» y que uno de los procesados propuso al resto de personas que allí estaban tener relaciones con ella. Por su parte la madre de la menor aseguró que esta la llamó el día 1 «en estado de shock».