El más joven de los dos menores condenados por el crimen de Miguel Navarro Fernández --Maikel--, asesinado en enero del 2017 en una casa del camí d’En Riera de Castelló, ha solicitado ya la libertad vigilada, según han confirmado fuentes del caso a Mediterráneo. El adolescente, que tenía 14 años cuando acabó con la vida de la víctima, fue sentenciado a cinco años de internamiento en un centro y a otros tres de libertad vigilada en septiembre del 2017, cuando se celebró el juicio oral en el Juzgado de Menores.

El condenado ya habría disfrutado de varios permisos, gracias a los cuales ha podido realizar salidas del centro donde se encuentra internado desde su arresto.

Falta poco menos de un mes para que se cumpla el tercer aniversario de un asesinato que conmocionó a la provincia de Castellón por la juventud de sus autores y la crueldad de los hechos. Cabe recordar que la víctima, de 24 años y con dos hijos pequeños, fue asesinada a hachazos por una deuda de apenas 100 euros. Tras acabar con su vida de una forma macabra, lo ataron y enterraron en una parcela donde fue encontrado siete días después.

La muerte de Maikel se juzgó en dos procedimientos, uno que sentó en el banquillo a los dos menores y otro, en la Audiencia, que enfrentó al otro implicado --de 19 años-- a una pena de prisión.

El primero de los juicios se celebró, a puerta cerrada, en septiembre del 2017 entre una gran tensión social y mediática. La familia se mostró «indignada» con el hecho de que se preservara la identidad de los menores y que la vista no fuera pública. «Si son mayores para matar, lo son para todo», reivindicó el entorno de la víctima mortal. Hace ahora un año, en noviembre del 2018, el segundo juicio arrancó con más tensión si cabe. Solo los padres, hermanos y la mujer de Maikel estaban autorizados a entrar en la sala --además de los progenitores del adulto acusado del crimen--.

El padre del fallecido, su mujer, un hermano y el cuñado fueron detenidos tras protagonizar un grave altercado durante la vista al lanzarse sobre el procesado, Aurelio Apostol Silviu, para agredirlo. «Mi hijo está bajo tierra y ellos, aquí» se lamentaba el padre de Maikel durante el juicio.