Puse fin a nuestra relación porque me enteré de que era drogadicto y que robaba. Pero luego vino a buscarme y me engañó con promesas para que me fuera con él. Yo le hice caso y me llevó hasta su casa. Cerró con una cadena, me tiró encima de un colchón y me agredió sexualmente. Me decía que iba a matarme, que se iría a Argelia y no lo cogerían». Estas fueron ayer las palabras ayer de una mujer a quien, presuntamente, violó su expareja sentimental en mayo del 2018 en una casa del camino Romeral de Castelló. El juicio por estos hechos se celebró en la Audiencia.

La denunciante declaró entre sollozos y tras un parabán para que no hubiese confrontación visual con el acusado, un joven de 20 años que se enfrenta a una pena total de 14 por delitos de agresión sexual, amenazas y violencia de género. Asimismo, el fiscal solicita una indemnización de 15.000 euros para la afectada --suma que la acusación particular eleva hasta los 50.000--.

El procesado negó tajantemente los hechos por los que se le acusa. Solo admitió que mantuvo una relación sentimental con la víctima, pero rechazó que la hubiera retenido, violado o amenazado de muerte. «Lo que dice se lo ha inventado. No la llevé arrastrando a ningún sitio ni hubo sexo. De hecho, ella era la que quería tenerlo, pero yo estaba borracho y colocado y no podía en ese momento», respondió a preguntas de la Fiscalía.

Una versión radicalmente opuesta a la que dio la mujer, quien reveló que tenía tanto miedo que se hizo sus necesidades encima. «Aproveché un instante en el que él se puso a vomitar para salir corriendo y pedir auxilio. Me refugié en la casa más cercana que encontré, pero él me persiguió. Cogió un cuchillo y llegó a ponérmelo en el cuello. Por suerte, la Policía nos encontró y lo detuvieron», declaró la víctima.

El vecino que medió en el altercado y que fue testigo de los hechos confirmó a los magistrados que el procesado insultaba y amenazaba de muerte a la chica.

Dos forenses que examinaron a la mujer declararon que, aunque en una primera exploración no se aprecieron lesiones, a los dos días aparecieron varios dedos marcados en sus muslos. Asimismo, indicaron al tribunal que en el examen vaginal hallaron cromosoma Y coincidente con el acusado en las células epiteliales.

«Ella solo quiere conseguir 50.000 euros. Nadie me cree y no entiendo por qué», dijo el hombre en su alegato final.