Una vecina de Benicarló acusó ayer a quien fue su marido durante 22 años, Miguel S.B., de abusos, amenazas, control permanente y de llegar a darle en una ocasión un puñetazo por salir a la calle vestida con una falda. Él se enfrenta a diez años.

La víctima relató al tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial que su ex la forzaba a tener relaciones íntimas, a pesar de que ella se oponía, y aseguró que una vez llegó a hacerlo estando ella dormida y bajo los efectos de una fuerte medicación.

«Me desperté porque noté que la cama se movía. Yo estaba en posición fetal, con el pijama y la ropa interior bajada, y él también estaba desnudo. Le grité que lo que había hecho no era de personas normales y me dijo que me dejara de tonterías porque él era mi marido y tenía derecho», reveló la mujer en su declaración.

ATAQUES DE CELOS

La denunciante relató que una vez su exmarido la vio hablar con un joven en un parque, la cogió del brazo y se la llevó a casa. «Aquel chico solo me había preguntado por la raza de mi perro y él lo vio y me dijo que no quería que hablara con hombres», explicó la mujer, que declaró por videoconferencia.

Asimismo, la afectada, que ha estado en tratamiento psiquiátrico y ha llegado a autolesionarse, contó que su expareja amenazaba con quitarse la vida si ella lo dejaba. «Una vez se subió a un muro de la mar Chica y tuve que ir a buscarlo con mi madre», dijo la exesposa del acusado.

Varios guardias civiles que atendieron a la víctima y tomaron declaración al hombre tras su detención también declararon como testigos en el juicio.

Afirmaron que Miguel S.B. reconoció los hechos en las dependencias de la Benemérita. «Dijo que cuando quería sexo con su mujer lo tenía, sin importar si ella lo deseaba o no», apuntó uno de los agentes que intervinieron en la investigación del caso.

Otro de los efectivos recordó que se entrevistaron con la víctima en el Hospital Comarcal de Vinaròs después de que esta hubiera intentado suicidarse. «La mujer decía que su marido la había agredido sexualmente, pero al principio no quería denunciar. Considero que tenía mucho miedo», subrayó el guardia civil.

La presidenta del tribunal llamó la atención a la auxilio judicial que estaba junto a la víctima por haber permitido que esta hablara con otra testigo del caso (un hecho prohibido). Recordó a la agente que vigilar que situaciones así no se produjeran era una función suya. El fiscal mantuvo su petición de cárcel y los 6.000 euros de indemnización.