El deseo de hacerse el selfi más extremo ha llevado hasta la tumba a un total de 259 personas, entre el 2011 y el 2017, según acaba de revelar un estudio global realizado por investigadores de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, que recomienda, además, tomar cartas en el asunto y delimitar "zonas sin autofotos" en lugares peligrosos para reducir las víctimas de esta epidemia millennial.

Sin ir más lejos, el pasado fin de semana una turista portuguesa moría en Panamá después de que una racha de viento le hiciera perder el equilibrio y cayera desde un piso 27 cuando trataba de hacerse un selfi sentada en la barandilla del balcón.

La mayoría de selfis mortales ocurrieron en cimas de montañas, edificios altos y lagos y con algún medio de transporte de por medio, recoge el informe que lleva por título Selfis: Una bendidicón o una perdición?

Solo informes en inglés

Los autores del estudio se han basado en las informaciones publicadas en la prensa y en búsquedas de este tipo de muertes accidentales en Google. Cabe destacar que solo se han tenido los reportajes en inglés y que se ha diferenciado estos casos de otras muertes debidas a smartphones, por ejemplo, si una persona se ha electrocutado con el teléfono en la bañera.

Desde octubre del 2011 hasta noviembre del 2017, se han producido 259 muertes al hacer clic en selfis en 137 incidentes. La siniestralidad ha ido creciendo "exponencialmente" desde entonces, y sobre todo en los últimos años "debido al mayor uso de teléfonos móviles, a las funciones mejoradas de autofotos en los smartphones, a la mayor disponibilidad de palo-selfis, y también a la promoción del fenómeno de las autofotos a través de concursos "al mejor selfi": en el 2011, se reportaron 3 muertes; en el 2013, 2; en el 2014, 13; en el 2015, 50; en el 2016, 98; en el 2017, 93.

Retrato demográfico

La edad media de las víctimas fue de 22 años, con un rango de entre 10 a 68 años. Alrededor del 72,5% (153) del total de muertes fueron hombres y el 27,5%, en mujeres. Asimismo, el estudio destaca que aproximadamente el 50% (106) del total de muertes por selfis extremos ocurrió en el grupo de edad de 20 a 29 años, seguido por el 36% de las muertes en el grupo de edad de, 10 a 19 años.

El mayor número de incidentes con selfis han tenido lugar en la India (159, más de la mitad!), seguido por Rusia, Estados Unidos y Pakistán. España se sitúa en el pelotón del medio, con 4 muertes tratando de ser original en Instagram. Los autores del estudio señalan que el caso de la alta siniestralidad en la India se debería a la querencia en aquel país por los selfis extremos en grupo.

Las causas finales de las muertes fueron por ahogamientos (gente engullida por las olas o por el vuelco de botes), accidentes con medios de transporte (personas que se la jugaron plantándose delante de un tren marcha), y caídas (de edificios altos, puentes, acantilados y cúspides montañosas).

Por ejemplo, el pasado julio murió un joven de 19 años, Gavin Zimmerman, mientras se tomaba una foto en un acantilado en Nueva Gales del Sur, Australia.

An American tourist who died after falling off a cliff at Kurnell has been identified as 19-year-old Gavin Zimmerman a Morman missionary from Utah. #Kurnell #7News pic.twitter.com/OatOKORN9x 7 News Sydney (@7NewsSydney) 24 de julio de 2018

A principios del 2017, la top Viki Odintcova, ex del piloto Fernando Alonso, se jugó el tipo por un puñado de likes, subiéndose a un rascacielos de Dubái de 300 metros para hacerse una sesión de fotos que levantó ampollas en medio mundo, pues hubo más imprudentes que siguieron su ejemplo.

Ver esta publicación en Instagram From reality Ph: @a_mavrin #MAVRIN #MAVRINmodels #VikiOdintcova #Dubai Una publicación compartida de VIKI ODINTCOVA (@viki_odintcova) el 29 Dic, 2016 a las 7:50 PST

En el 2016 también fue muy sonada la triste historia de un turista alemán de 51 años, Oliver Pats, que perdió la vida mientras se autofotografiaba desde un risco en el Machu Picchu.

El informe también recoge otros selfis fatídicos en los que había armas de fuego involucradas, y estos casi siempre se han localizado en Estados Unidos.

Por último, los autores señalan que las conductas más arriesgadas a la hora de tormarse una foto se dan tres veces más en hombres que en mujeres.

Recomendaciones

Los autores concluyen que, "por lo general, los jóvenes y los turistas sufren las consecuencias de estos selfis extremos debido al deseo de ser cool, publicar fotos en Instagram, Facebook, Instagram o Twitter y obtener cuantos más likes mejor. Los selfis -declarados "palabra del año" por el Diccionario Oxford en el 2013- "no son dañinos en sí mismos, pero el comportamiento humano que los acompaña puede ser muy peligroso".