Una niña de cuatro años falleció el pasado jueves en Bilbao después de atragantarse con un fruto seco que estaba ingiriendo, según informaron ayer fuentes del Departamento vasco de Seguridad.

Los hechos ocurrieron en un piso de la calle Andrés Eliseo Mañaricua del barrio de Miribilla, cuando el 112 recibió el aviso de que una menor se había atragantado con un fruto seco. Los médicos intentaron reanimar a la joven, pero no pudieron hacer nada por salvarla.

No es la primera vez que un niño muere por asfixia al comer un alimento de pequeño tamaño. En mayo, en Badajoz, otra menor de cinco años perdió la vida en Mérida (Badajoz) tras atragantarse con un grano de maíz. Según la Asociación Española de Pediatría, entre un 60% y un 80% de los ahogamientos en niños se producen por los frutos secos.