Un juzgado civil de Rubí ha condenado a una compañía de seguros a indemnizar a una mujer que presenció cómo dos perros atacaban y mordían a su marido en su vivienda de Martorelles (Vallès Oriental). El motivo: el trastorno de estrés postraumático que le produjo esta situación.

M. P. A. empezó a sufrir insomnio, pesadillas y «terrores nocturnos», ansiedad cuando se cruzaba con canes y «miedo a estar sola», entre otros síntomas. Su rutina, según la psicóloga que la atendió, se vio alterada debido al «miedo». Y además no solo padecía por su seguridad, también por la de su esposo y la de sus nietos, que incluso dejaron de visitarla, según recoge esta peculiar sentencia. El marido lesionado también percibirá un resarcimiento económico por las heridas.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Rubí ha estimado parcialmente la demanda presentada por el abogado José Aznar Cortijo, en nombre de las víctimas, contra la compañía de seguros Mapfre, que deberá pagar 18.679 euros a V. S. J. por las lesiones que sufrió a raíz del ataque de los perros y otros 4.266 euros a su esposa. A esa cantidad se le deben sumar los intereses desde el 25 de julio del 2016, cuando ocurrió el suceso.

La sentencia, que es firme, recoge que la demanda del matrimonio sostiene que la mujer se encontró a su marido en la rampa del aparcamiento, de rodillas y protegiéndose la cabeza mientras dos perros le mordían. El hombre había caído al suelo al ser empujado por los animales. El servicio médico de un hospital le localizó lesiones en la zona lumbar, en la parte inferior de la espalda, además de heridas en la cabeza y los brazos. Pero el dolor estaba localizado sobre todo en la zona de la espalda.

HERIDAS Y SECUELAS / Los exámenes médicos determinaron que padecía una fractura por la compresión de una vértebra ocasionada por la caída, por lo que se le recetó un corsé y medicación.

El juez rechaza el argumento de la aseguradora de que estas lesiones no tenían relación directa con el ataque de los perros y fija el pago de la indemnización por los 114 días que tardó el hombre en curarse y las secuelas derivadas de los dolores.