Un castellonense de 80 años ha sido condenado a 10 meses de prisión y al abono de una multa de mil euros por un delito de abusos sexuales por haber besado en los labios a una niña de 14 en un supermercado de la capital. Al varón le han aplicado la circunstancia eximente incompleta de trastorno mental,

La Audiencia Provincial considera probado que el día 10 de mayo del 2017, cuando la menor se encontraba en el hipermercado, a donde había acudido en compañía de su madre, se acercó a ella el ya sentenciado, sin antecedentes penales. El hombre entabló una conversación con la adolescente, en el transcurso de la cual le preguntó si era cubana y cuántos años tenía. Entre otras cosas, le dijo que era «muy bonita», que estaba «muy fuerte», invitándola a que accediera a un juego de adivinanzas, cogiéndole las manos y mirándola fijamente a los ojos.

El anciano le ofreció caramelos, pidiéndole que le diera un abrazo de agradecimiento, a lo que accedió la menor, «situación que aprovechó el acusado para satisfacer su instinto sexual, besándola en la boca», según reza la sentencia judicial a la que ha tenido acceso este periódico.

Acto seguido le preguntó si le había gustado, contestándole la menor que no. Tras salir corriendo del lugar y muy alterada, la niña fue en busca de su madre, a quien le contó lo sucedido. El tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia también considera acreditado que el hombre padece un estado que altera de forma parcial «las bases psicobiológicas de la imputabilidad», y de forma especial, en la manera de relacionarse con terceros.

Durante el juicio por estos hechos la menor relató lo que sucedió en el supermercado. Una versión la de la niña que fue corroborada por su madre. La pequeña dijo que, tras besarla en la boca, el hombre le preguntó: «¿No te ha gustado? Lo siento, pero nosotros nos saludamos así».

TESTIGOS

El jefe de seguridad del establecimiento compareció como testigo y evidenció que no era la primera vez que este cliente protagonizaba algún incidente con mujeres. El trabajador dijo a los magistrados que en una ocasión tuvieron que decirle que no molestara a una cajera, a quien le cogía las manos y le decía también que era muy guapa.

Por su parte, el acusado negó los hechos, reconociendo que tan solo mantuvo una conversación con la menor, a quien le dio unos caramelos y un abrazo. La hija de este dijo que su padre «es así», que siempre da dos besos y que es «muy infantil». La declaración del hombre «no merece ninguna credibilidad al tribunal», según consta en la sentencia, contra la que cabe recurso en casación.