Dos agentes de la Guardia Civil han sido condenados por la Audiencia Provincial de Castellón a pagar una multa de 4.000 euros por simular un delito de estafa al intentar defraudar a su seguro.

Los hechos sucedieron en febrero del 2014, cuando uno de los acusados, R.V.P, se personó en el cuartel de la Guardia Civil de Cabanes, donde denunció que le habían sustraído las cuatro ruedas de su vehículo, así como las llantas, al dejarlo estacionado en el polígono industrial situado frente al centro comercial Salera. Según él mismo relató al formular la denuncia, encontró su automóvil subido encima de cuatro montones de ladrillos.

Otro de los agentes, F.J.M.B., el segundo acusado, recogió la denuncia e hizo constar en la diligencia una inspección ocular que nunca llegó a realizar, en la que relató que el coche había sido localizado sin las ruedas y se encontraba montado sobre bloques de ladrillos y tacos de madera. Según se expresa en el informe elaborado por la Fiscalía, el agente realizó las instrucciones “pese a conocer que era falso”, pues “ni siquiera vio el coche”, y firmó la diligencia “por la amistad que le unía con el otro acusado”.

INDEMNIZACIÓN // La denuncia llegó finalmente al Juzgado de Instrucción número 1 de Castellón, y R.V.P. presentó el cargo a su compañía de seguros a efecto de obtener una indemnización en la que reclamaba el importe de las llantas y los neumáticos, según se desprende de la acusación fiscal, que pedía para él 3 años de prisión. Posteriormente, se procedió a realizar una peritación, cifrada en casi 4.000 euros, una cantidad que la aseguradora no abonó, pues entendió que no se habían producido los hechos que fueron denunciados. Por todo ello, y tras las averiguaciones posteriores, los agentes han sido acusados de un delito de simulación de estafa en grado de tentativa y otro delito de falsedad de documentos oficiales. Un acuerdo motivado por ambas partes pactó el pago de una sanción económica para cerrar este caso. H