«Me sentí súper mal, no sabía qué hacer y solo tenía ganas de llorar». Fueron las palabras que dirigió ayer una niña de 12 años al tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón al ser preguntada por los presuntos tocamientos a los que la sometió su tío, hermano de su madre, en una casa de Peñíscola en agosto del año 2016. El hombre se enfrenta a una pena de doce años de prisión, otros diez de libertad vigilada y a una indemnización de 8.000 euros para la víctima por los daños morales.

La menor declaró ayer por videoconferencia desde la provincia donde reside, mientras que el acusado se sentó en el banquillo de los acusados de Castelló.

A preguntas de la fiscal, la afectada dijo que su tío volvió un día de trabajar y se tumbó a su lado en el sofá. «Me quitó la ropa interior y, cuando reaccioné, me estaba tocando», afirmó la niña, compungida. La pequeña le contó lo ocurrido a su abuela al día siguiente y le pidió irse de vuelta a su ciudad natal. Al regresar el hombre al domicilio, abuela y nieta se habían ya marchado.

Por su parte, el procesado lo negó todo en rotundo. «No tengo la más mínima idea de esto, no entiendo nada», declaró el acusado en su interrogatorio. «Llevo padeciendo por este asunto tres años y me quita el sueño. ¿Por qué yo?», se preguntó el varón, quien reconoció al tribunal que no tiene relación con su hermana a raíz de los hechos enjuiciados.