La muerte violenta de una chica de 14 años, cuyo cadáver fue hallado con heridas de arma blanca, sigue sin despejarse más de 48 horas después de que los vecinos encontraran el cuerpo en un piso vacío de Mataró (Barcelona). En el interior del domicilio residía una familia compuesta por una madre soltera de origen ruso y sus dos hijos: la víctima y su hermano mayor, de 17 años.

El fin de semana pasado los dos menores se encontraban solos dado que la mujer había tenido que ausentarse y viajar a Rusia. Pero cuando los vecinos descubrieron el cuerpo sin vida de la chica, el domingo a las 22.00 horas, no había ni rastro del hermano. Dos días después, sigue en paradero desconocido y los Mossos d’Esquadra intentan localizarlo.

Ayer, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, por orden de la jueza de instrucción 3 de Mataró, a cargo de un caso sobre el que ha dictado el secreto de sumario, emitió un comunicado para explicar que la madre había denunciado la desaparición del chico y que, a falta de indicios sólidos que le vinculen con el supuesto crimen de su hermana, tratan de dar con él porque es un menor y debe recibir «la protección» de las autoridades.

Los investigadores del grupo de homicidios de la Regió Policial Metropolitana Nord de los Mossos tratan el caso como un crimen. La autopsia que se practicó al cadáver de la menor no ha permitido descartar de forma tajante que se trate de un suicidio aunque sí apunta a que la niña fue asesinada. Las pesquisas policiales, de momento, barajan todas las hipótesis y centran los esfuerzos en dar con el hermano, para comprobar que se encuentra bien y averiguar qué sabe de lo ocurrido. La víctima apareció ensangrentada en el suelo, tumbada junto a la cama de su habitación, y llevaba varias hora muerta. Una de las vecinas oyó un golpe en el domicilio durante la madrugada del sábado.

DUELO // El Ayuntamiento de Mataró lamentó «profundamente» la muerte de la adolescente en un comunicado conjunto aprobado por todos los grupos municipales. El consistorio condenó cualquier tipo de violencia, que siempre es «una vulneración de los derechos humanos», y se mostró «aún más consternado» porque la víctima tenía 14 años.