Un niño de 11 años fue identificado ayer como el autor de una nota con una falsa amenaza de bomba que obligó a desalojar a los 180 pasajeros de un vuelo procedente de Fuerteventura que tenía como destino Santiago de Compostela.

La aeronave, de la compañía Vueling, debería haber salido el martes a las 20.20 horas de Fuerteventura pero, después de hallar una nota en la que un terrorista amenazaba con hacer explotar el aparato, se retrasó durante unas horas.

Finalmente, la Guardia Civil le comunicó a los afectados que se trataba todo de un aviso que un niño de 11 años había dejado en el avión durante el transcurso de otro viaje. El menor y sus padres, al parecer, ya habían sido localizados.

Según relata uno de los testigos, cuando el vehículo estaba en la pista dando la vuelta para despegar, una pasajera, al abrir la bandeja, vio un papel que ponía que había una bomba y que podía estallar.

Fue entonces cuando la azafata se lo comunicó al comandante y este, dirigiéndose al pasaje, dijo que había que hacer una revisión, que había que seguir un protocolo y que todos debían salir del avión.

«Fue una broma pesada. Espero que el niño tenga un castigo porque esto causó muchos perjuicios», cuenta esta pasajero del aparato.