Jermemy Víctor G., de 36 años y origen francés, pactó ayer un año y medio de cárcel por un delito de abusos sexuales cometido contra una niña de 10 años en Peñíscola.

El ya condenado, que tiene antecedentes penales y se encuentra en prisión por otros delitos, reconoció ante el tribunal que en abril del 2011 se aproximó a la menor, mientras esta jugaba a baloncesto, en los alrededores del bar que sus padres regentaban en la localidad. Eran sobre las 22.30 horas. Con ánimo lúbrico y para saciar su apetito sexual, mientras fingía que jugaba a la pelota con ella, le realizó tocamientos en la vagina y los glúteos por encima de la ropa que llevaba puesta.

Cuando la pequeña se marchó a su casa, Jeremy Víctor G. la siguió por la calle hasta el portal del domicilio y, aprovechando la entrada de la niña, se introdujo también en el edificio.

Una vez en el rellano, la sujetó por los brazos, acosándola y forcejeando con ella para intentar besarla en los labios, un extremo que no consiguió. La familia de la menor denunció los hechos, aunque, finalmente, no se presentó como acusación particular en la causa ni reclamó indemnización.

La Fiscalía pedía, inicialmente, cinco años de cárcel por abusar sexualmente de una menor de menos de 13 años y una orden de alejamiento por tiempo de siete años. El acuerdo alcanzado con la fiscala del caso antes de la celebración del juicio oral en la Sección Primera de la Audiencia Provincial permitió al procesado reducir considerablemente su condena, tras aceptar los cargos.

El tribunal aplicó, además, la atenuante de dilaciones indebidas como muy cualificada, al haber estado parada la causa, y dictó sentencia firme de viva voz.

Por lo que respecta a la orden de alejamiento, Jeremy Víctor G. no podrá acercarse a menos de 200 metros de la víctima durante los próximos seis años ni comunicarse con ella por ningún medio.

Este mismo mes otro hombre, de nacionalidad rumana y 47 años, aceptaba dos años de cárcel por manosear también a una menor, de 13 años, a la que acarició los pechos en una vivienda de Castellón. El varón compartía piso con la adolescente y sus padres, circunstancia que aprovechó para meterse en la habitación de la niña. Le subió la camiseta y le tocó los senos, por lo que la afectada se puso a llorar. En ese momento, sonó el timbre de la vivienda y él se marchó corriendo.

Posteriormente, volvió, dijo a la menor que no contara nada y le dio 5 euros. El abogado defensor solicitó la suspensión de la pena para evitar la cárcel. H