Los padres que arrojaron a su bebé al río Besòs el martes por la tarde eran novios y mantenían el embarazo en secreto. Nadie en su entorno más cercano conocía el estado de la madre. Ambos son menores de edad. El lunes pasado la pareja reservó una habitación en un hotel y la mujer dio a luz al pequeño. El martes él se desplazó hasta la orilla del río en Sant Adrià de Besòs y abandonó al recién nacido en el agua.

Minutos después de entrar al río para dejar al bebé, el joven fue al bar La Catalana. En el establecimiento el joven, mojado, aseguró que acababa de ser víctima de un robo violento, que le habían quitado una maleta y que querían matarlo. En las imágenes que captaron las cámaras de seguridad del local, aparece con una toalla y yendo de un lado a otro. El chico hizo durante ese tiempo diversas llamadas. A los pocos minutos, sus padres llegaron y los tres se marcharon. A esa hora, las seis de la tarde del martes, varios ciudadanos dieron aviso al teléfono de Emergències 112, relatando que habían presenciado como un hombre entraba con un bebé en el agua.

Los Mossos trasladaron a la madre a un hospital, donde recibió atención sanitaria y se confirmó que se encontraba bien. El padre sí quedó detenido. La Fiscalía de menores será quien ejerza la acusación en la causa judicial que afrontan ambos. Hoy está previsto que se reanuden las tareas de búsqueda en el río.