Una paliza que tuvo lugar en Vila-real hace casi seis años continúa todavía sin fecha de juicio. Es un ejemplo más de los retrasos que sufre la justicia castellonense, que afectan gravemente a los procedimientos penales y son objeto de numerosas críticas.

Y es que el tiempo transcurrido entre un hecho delictivo y su juicio oral provoca que los investigadores y los testigos tengan serias dificultades a la hora de recordar lo ocurrido.

En casos como el acontecido la pasada semana en Castellón con un hombre acusado de abusos sexuales, es el propio procesado quien muere a la espera de juicio. Un hecho que obligó a archivar el procedimiento penal.

En el citado suceso de Vila-real, dos jóvenes se enfrentan a dos años de prisión por haber golpeado brutalmente a un matrimonio y a un amigo de la pareja tras haberse negado a darles un cigarro en el año 2013. Sucedió, concretamente, durante las fiestas de Sant Pascual, en la calle Sant Vicent de la localidad.

Los agresores se dirigieron sobre las 4.40 horas a la zona donde estaban las víctimas y les pidieron un cigarrillo. Como uno de los hombres se negó, los jóvenes iniciaron una discusión con él, intentando mediar la esposa de este, que fue empujada al suelo, sufriendo un esguince de tobillo. Su marido, al ver a la mujer tirada en la calle, se agachó para ayudarla, momento en el que uno de los agresores le propinó al hombre varios puñetazos en la cara, que le provocaron la fractura de la mandíbula --lesión que le obligó a pasar por quirófano y dejándole un dolor crónico en la zona de la articulación--.

LOS HECHOS / Según el relato de la Fiscalía, tras haber sido agredido el matrimonio, un amigo intervino para socorrer al hombre, recibiendo asimismo varios golpes en diversas partes del cuerpo por parte del segundo de los acusados, causándole contusiones.

El Ministerio Público pide para los dos acusados dos años de prisión por un delito de lesiones. Se da la circunstancia de que el fiscal pedía, al inicio del procedimiento, que fueran también condenados por dos faltas de lesiones. Sin embargo, las faltas se despenalizaron durante la instrucción del caso, por lo que ya no llevan aparejada pena alguna.

Además de la prisión, el Ministerio Público aboga por indemnizaciones de 7.800 euros para el hombre que tuvo que someterse a una operación quirúrgica, 735 para su esposa, a la que causaron un esguince de tobillo y otros 245 para el amigo que quiso mediar.

Este periódico publicó la pasada semana el caso de un atropello con fuga en Vila-real que también lleva cinco años a la espera de juicio. Los hechos sucedieron en noviembre del 2014 en la calle del Calvario, cuando un conductor novel atropelló a una anciana en un paso de peatones, causándole graves lesiones. Lejos de detenerse para auxiliarla, se dio a la fuga, aunque dio aviso a los cuerpos de seguridad y se personó en comisaría para prestar declaración.